Un Málaga decreciente, con un buen, por momentos brillante, primer tiempo y un segundo más ramplón firmó un empate en Zorrilla. La 'x' es el signo de los de Muñiz en el último mes, cinco igualadas consecutivas. Un punto vale de manera esporádica, puede ser bueno uno, dos o tres partidos. Pero sólo empatando no se llega a ningún lado, ya se sabe cuál es el destino. La imagen no es mala, el equipo da síntomas de estar vivo, pero los puntos escasean. Obinna pudo sentenciar en la primera mitad, pero el Valladolid llegó más en la segunda mitad. La fortuna no está de cara. Dos palos a favor en la primera mitad y un rebote en Gámez propició el empate pucelano. La situación se repite. Un empate, el vaso medio lleno o medio vacío, a gusto del consumidor. Pero la botella tiene poco líquido.
El Málaga más malagueño, siete boquerones en el equipo titular, compareció serio, para desafiar al frío polar y al rival en Zorrilla. Bien plantado, maniató al Valladolid y fue a por el partido desde el silbido de González Vázquez. Fue Obinna el desequilibrio, cayendo a banda y creando superioridad. Jugador indescifrable el nigeriano, más bullicioso que conciso. Alborota pero no concreta ante el arco. Sí generó peligro, mucho, para los demás. Desde la derecha, a los siete minutos un pase que Baha, labor oscura pero eficaz, dejó pasar y que Luis Prieto rechazó, dio en Fernando y se fue al travesaño. Mismo destino que el postrero remate forzado del marroquí. Poco después, Obinna pasó en profundidad para que Duda se adelantara a Justo Villar, pero sin tino.
Árbitro
González Vázquez (Colegio Gallego). Amonestó a Marcos (15'), Obinna (33'), Iván (59'), Diego Costa (60') y Nauzet (85').
Formaciones
Real Valladolid: Justo Villar, Barragán, Nivaldo, Luis Prieto, Marcos (Baraja, 82'); Pelé, Álvaro Rubio (Medunjanin, 60'); Nauzet Alemán, Diego Costa, Canobbio (Sesma, 47'); y Manucho.
Málaga C.F.: Munúa; Manolo (Weligton, 80'), Gámez, Iván, Manu; Apoño, Juanito; Fernando, Baha, Duda; y Obinna (Edinho, 71').
GOLES
Málaga C.F.: Duda (33').
Real Valladolid: Jesús Gámez, en propia puerta (68').
INCIDENCIAS
Partido correspondiente a la decimocuarta jornada de Liga de Primera División disputado en el José Zorrilla de Valladolid ante unos 15.000 espectadores.
Las faltas lanzadas por el portugués eran otro plus de peligro. Lástima que Fernando y Baha no se entendieran y malograran un remate claro. Tenía recursos el Málaga para hacer daño, ahí estaban sobre el tapete. Y la solidez defensiva tranquilizaba. No molestó el Valladolid de manera seria hasta la media hora. Manolo Gaspar despejó de manera forzada de tacón. En la continuación de la jugada, pase en profundidad a Nauzet Alemán, que cruza demasiado ante la desesperación de Manucho y Diego Costa.
El toque de atención valió para que el Málaga lanzara un zarpazo. Balón colgado desde la medular, en apariencia inocente, de Manolo Gaspar. Lo hizo peligroso Baha, que estorbó a Luis Prieto lo suficiente para que fuera un pase diagonal letal para Duda, que ejecutó tras dejarla botar y empalar fuerte y ajustado a un palo a media altura. Gol merecido. Obinna pudo coronarse en el tramo final del primer tiempo. Un mal control cuando estaba solo y un carrerón en profundidad que le dejó solo ante Villar fueron sus opciones. Pero en la segunda le pegó al suelo con todo a favor. Se le baja la persiana al jugador del Inter.
El Valladolid recordó en el vestuario que estaba ante su público, que el rival estaba siendo nítidamente superior y obligó al Málaga a recular unos metros. El peligro, más que eso la incertidumbre, llegaba sobre todo a balón parado. Era ya partido para hombres, a Iván le partieron el labio en un choque. Munúa sacó un remate a bocajarro de Manucho tras jugadón de Diego Costa, quizá el jugador con más talento para el césped. Y Pucela empezó a apretar. Y, lo dicho, a balón parado llegó el empate del Valladolid. Mendunjanin, zurda de muchos kilates, sacó un córner que Nivaldo cabeceó antes de que rebotara en Jesús Gámez un balón que se marchaba fuera. La fortuna, una vez más, de espaldas.
Con 20 minutos por delante, más balas en el cartucho pucelano. Erró Costa, falló Sesma y Munúa cada vez veía más cerca a sus centrales. Faltas laterales y centrales eran los peligros más claros, en las dos áreas. Pero no se movió el marcador. Un empate, otro más, cinco consecutivos. Sumar de uno en uno no vale.