Samu pide justicia
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Abandonó el hospital este lunes
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El Palo mostró camisetas de apoyo en su último partido
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Así se vivió el día después del apuñalamiento
Samuel Galán, el jugador del Alhaurín de la Torre B que recibió dos puñaladas al final del partido que su equipo disputó en el campo de El Palo B, ha comparecido este miércoles en Alhaurín de la Torre para ofrecer una amplia valoración de los hechos, de su estado actual y de sus objetivos de futuro. Samu lo tiene claro, va a seguir jugando al fútbol.
"Me encuentro bien, pero tengo que tener reposo. No me di cuenta cuando me desvanecí, me acuerdo de despertarme en la UCI. Mi deseo es volver a jugar, por supuesto. Pero para volver a entrenar me lo tienen que decir los médicos de Carlos Haya. Debo pasar revisiones mensualmente e ir poco a poco. Aún queda. No me han dado plazos, es un asunto de corazón y hay que valorarlo poco a poco", explicó el jugador.
El agredido asegura no guardar "ningún rencor. Prefiero olvidarlo y seguir mi vida adelante, nada más". Eso sí, espera que esta salvaje agresión no quede impune: "Pido justicia, por supuesto. Tiene que haberla sí o sí, pero ese no es mi problema. Eso lo lleva mi abogado y es un tema aparte. Lo que quiero es recuperarme y jugar en mi club. No tenía ningún trato con los agresores, no me acordaba de ellos del partido de ida. Se dieron los rifirrafes normales que hay en un partido, incluso menos que en otros encuentros. Fue un partido duro, pero he jugado partido mucho más duros que ese. No sé por qué. Cada uno es consciente de lo que hace. Ha sido duro, sobre todo para mi familia. Miedo ninguno, estoy frito por volver a jugar de nuevo al fútbol. Secuelas psicológicas no me van a quedar. Soy muy fuerte, por dentro y por fuera y quienes me conocen lo saben".
El futbolista, cuestionado si atendería al teléfono a los agresores o a sus familiares, ha sido rotundo: "Ahora mismo no. Ese tema no lo llevo yo, quiero estar independiente de todo eso, olvidarlo y se acabó". Samu fue sometido a una operación a corazón abierto por la importancia de las heridas que presentaba. "Una de las puñaladas me llegó al ventrículo derecho y se quedó a 0,7 centímetros del corazón. Cuando llegué al hospital tenía un navajazo interno. Luego me drenaron, me lo quitaron todo y me quitaron más cosas".
Y añadió: "Cuando estoy en la cama y le doy vueltas a la cabeza, pienso que he estado a punto de no ver más a nadie. En el hospital no te das cuenta de nada, recibes el cariño de la gente. Pero hasta que no llegas a tu casa y respiras aire libre, no te das cuenta de verdad de lo que ha pasado. Mis padres lo han pasado muy mal. A mí me da igual ir a jugar a cualquier lado, pero habrá padres que sientan incertidumbre y quieran proteger a sus hijos en el fútbol base. Puedo llevar vida normal ente comillas. Ahora mismo no puedo conducir ni puedo tomarme una cerveza, por ejemplo. No puedo dormir ni de lado, como me gusta a mí, tengo que dormir boca arriba. Me han puesto una protección para protegerme el esternón y también para andar".
Samu rememora cómo vivió las primeras horas después de despertarse en la UCI: "Lo primero que se me vino a la cabeza cuando desperté en la UCI fue preguntarme por qué estaba allí. Sabía que me había pasado algo, pero no el qué. Al despertar vi a mi madre y empecé un poco a llorar. Mi familia y mis amigos no me han fallado. Han estado ahí y sabiendo que los tengo al lado y que voy a salir adelante, lo demás queda un poco de lado. He visto un vídeo de algunos jugadores de El Palo animándome y se lo agradezco. Personalmente no me han dicho nada, pero han estado en contacto con mi presidente y con eso vale".
Su primer contacto con el campo de fútbol del Alhaurín de la Torre, Los Manantiales, fue especial: "Me han entrado ganas de pedirle al utillero la ropa para cambiarme cuando he vuelto a pisar el césped de Los Manantiales. Es mi campo de toda la vida". Samu también aprovechó para pedir a la Federación "mas seguridad en los campos".