Un punto, una incógnita

Punto que sabe a poco. Hoy, esta noche de viernes. Y con lo que queda de Liga parece que no hay tiempo para que se revalorice mucho más. Aunque si se transportan una vuelta atrás, con el Málaga colista, aquel empate con el Granada en La Rosaleda parecía una catástrofe. El desarrollo de los acontecimientos convirtió aquel soso punto en el primero de los 31 (ya 32) posteriores que nos traen a este escenario de lejano sueño europeo y permanencia tranquila.
Ganas no faltaron, lo que parece que faltó es garra. Pierde el equipo pulso competitivo sin Charles y Cop no se acompañan. Roque da lo que da, que a veces es más de lo que parece. Sin embargo su labor no sirve para que el resto dé un paso al frente. Huérfano el Málaga, no le faltaron en cambio las opciones para ganar. En Los Cármenes siempre se pierde y muchos sospechaban de esta cita y rememoraban el 'Pacto de Loja'. El 0-0 dice que no. ¿Hablar de Europa? Cuando jueguen Sevilla, Athletic y Celta se habla.
Tuvo más ocasiones claras el Málaga en tres minutos que en algunos partidos del pasado. La primera gracias a una falta lateral botada por Recio -que está convirtiéndose en un gran especialista- y que no conectó del todo bien Camacho. Minutos después Andrés Fernández hizo un paradón a Duje Cop, que no supo aprovechar un centro espectacular de Chory Castro.
El mismo Recio hizo una jugada más propia de Iniesta en el área granadinista, pegado a la cal y que Cop remató fatal. No era el día del croata, que en otra acción recibió una asistencia de Albentosa y se quedó tan solo en los dominios de Andrés Fernández que pensaba que estaba en fuera de juego y se durmió en los laureles.
Todo eso y un tio desviado de Juanpi es todo lo que sumó un Málaga que tuvo más ocasiones que fútbol. Y poco más hizo el Granada, que la única opción de peligro real fue un disparo cruzado de Success con toda la portería a su favor y que se marchó a un metro del poste de la portería defendida por Guillermo Ochoa.
Y cómo empezó la segunda parte. Estrada Fernández pitó penalti por una acción en la que Success hizo una bicicleta a Ricca. El jugador del Granada pareció resbalarse. Pero apareció el asistente para corregir a su jefe. No la falta, pero sí la ubicación, dejándolo en falta en la misma línea del área.
Pasaron los minutos y el partido iba a menos, que ya era decir. Así comenzó la partida de ajedrez entre José y Gracia. Uno tiró de Barral y el otro de Atsu. Alborotadores, cada uno a su manera. Tampoco fueron para tanto. Las ocasiones llegaron más por errores que por aciertos. Success tuvo la mejor del partido ante Ochoa en un contragolpe que el mexicano abortó aguantando bien ante el veloz futbolista del Granada. La afición de Los Cármenes se desesperaba con él.
La réplica la puso el Chory Castro con un disparo franco pero con la mirilla desviada. Eran momentos raros, el caos se apoderaba un poco del partido. No era locura, sí desorden. Pero nadie pescó nada. Salvo un punto cada uno. El tiempo dirá si sirve. Como en la primera vuelta.