Poyet, la comparación con Simeone y la exigencia

Mucho se habla de la semejanza entre Diego Pablo Simeone y Gustavo Poyet. Dos técnicos con una mentalidad común: ganar. Pero no de cualquier manera. Superar al rival buscando la chispa, el contacto y el toque aguerrido en el terreno de juego. Ambos están sometidos a la exigencia, un término manido en exceso y que vive de la inmediatez del momento. Todo se simplifica a un balón entrando en una portería. Cuando esto no ocurre, los dedos apuntan con disconformidad hacia los responsables de hacer funcionar al equipo. Este viernes, el 'Cholo Simeone', sin embargo, reconoce la justicia de las críticas a su equipo. Su homólogo en el Real Betis, discrepa en la forma y espera revertir los pitos de la afición a base de resultados.

Cuando el uruguayo aterrizó en Sevilla allá por el mes de mayo no tardó en saborear el intenso sabor de la prensa local. Durante su presentación fue comparado con el técnico del Atlético de Madrid. El propio Poyet traducía los nexos comunes entre ambos: "A Simeone y a mí nos han comparado muchas veces. Nos gusta el fútbol de una manera diferente, pero hay algunas similitudes en el tema del carácter cuando jugamos con el campo y eso lo lleva uno a la parte del entrenador para transmitirle ciertas cosas al jugador".
 La Liga Santander ya ha arrancado y el inicio de ambos equipos no deja satisfecha a ninguna de las dos aficiones. El Atlético de Madrid acumula dos empates ante equipos recién ascendidos como son el Deportivo Alavés y el CD Leganés. Por su parte, el Betis cayó con estrépito en el Camp Nou (6-2) en el estreno de la competición para empatar sin goles posteriormente frente al Deportivo de la Coruña en el primer encuentro como local.
Poyet no comparte las quejas de la afición, tal y como ha repetido hasta la saciedad en el transcurso de la semana, mientras que Simeone aguanta el 'chaparrón' y comprende el enfado de los colchoneros: "Es justa la exigencia y que se nos critique", decía el argentino ante los medios de comunicación.
Dos visiones diferentes con respecto al parecer de la hinchada. Este fin de semana, una nueva oportunidad para hacer girar la corriente de malestar que habita en dos aficiones con trasfondo común: el apoyo desmedido por sus colores.