Roma locuta, causa finita

Nada de lo que ha pasado hasta la fecha en el mercado de fichajes del Valencia CF me ha pillado sorprendido. Todos sabíamos que colocar a ciertos jugadores no iba a ser tarea fácil. Suso lo advirtió en su día que, con el dichoso Fair play financiero a comprar y reforzar el equipo tampoco iba a ser un camino de rosas y sobre todo no iba a ser rápido.

Que estás alturas nos pongamos nerviosos porque faltan tres fichajes cuando aún restan dos semanas para cerrar el mercado de verano es cuanto menos simpático. Avisados estábamos de esta circustancia por Suso García Pitarch y ahora que todos nos ponemos nerviosos y nos aceleramos es precisamente cuando hay que demostrar tener pulso firme y mente fría.
Si enumeramos sorpresas que no son tales, creo que a nadie le puede extrañar que que Javi fuego termine marchándose al Espanyol o a dónde sea. Al veterano jugador le quedaba un año de contrato y fuera le ofrecen tres. Para Pako era importante, pero un futbolista en el final de su carrera no puede desaprovechar una ocasión así. El Valencia ha hecho bien traspasándolo. Ahora toca fichar al sustituto.
Tampoco creo que a nadie le sorprendería si Mustafi termina y yéndose del Valencia. Falta dinero y el alemán es objeto de deseo de muchos equipos y el club necesita pasta. Como en el caso anterior, la clave si finalmente se va es que Suso acierte con el/los sustitutos. 
La última. ¿A alguien le extraña que un chaval joven como Paco Alcácer se quiera ir al mejor club del mundo aunque sea a jugar poco? Otra cosa bien distinta es que el Valencia quiera desprenderse de su delantero centro titularísimo y el ojito derecho de la afición a cualquier precio. Ahí Layhoon estuvo bien en la convención de peñas zanjando el asunto, pero la presidenta se consagró cuando pidió perdón a la afición con una reverencia. Lo dicho nada nuevo bajo el sol del mercado valencianista. El club se niega a vender a su estrella al estandarte de la tierra y el Barça seguirá apretando. El club sabe que necesita refuerzos, pero seguirá esperando a ver qué le ofrece el mercado aún después de que comience la Liga y por eso, aunque la gente le pite a Parejo, se ha dejado todo por recuperar al mediocentro.

La decepción y el ansia

Ahora bien, como todos somos humanos, entiendo la decepción que existe en la calle y la poca confianza que genera todavía el proyecto, a pesar del buen partido contra la Fiore en el Trofeo Naranja. A la gente le preocupa que aún falten varios jugadores para que el proyecto sea digno y, ojo, como bien recordaba Fernando Giner el otro día, se parezca a lo que en su día Amadeo Salvo proclamó junto a Aurelio Martínez.
Este verano mío ha sido eminentemente gastronómico y esas largas esperas antes de que me sirvieran las mejores codornices del mundo -las que cocina el Casta para sus amigos- dan para pensar y comprender la inquietud que pueden tener aquellos que ven que el Valencia 2016-17, el que está llamado a ser el de la resurrección, está aún cogido por pinzas. Por fortuna para los impacientes como yo, ya ha aparecido en escena Peter Lim. Y ya se sabe cuando Roma habla se acaba el problema (Roma locuta, causa finita)
Con el dueño singapurense en primer plano ya salió Negredo; llego Nani y ahora tiene que solventar el tema de los centrales, que menudo marrón tiene ahí montado el bueno de Pako. Al técnico, como a todos, nos prometieron un proyecto ilusionante, que sea capaz de devolver al equipo a la champions y que nos estimulará casi tanto como los callos de Piedad, la madre del Rubio, o las partidas de Tute de Casa Juan en el pueblo.
Me habría encantado, eso sí, escuchárselo al propio Lim en Mestalla. Hace meses que no lo olemos por Valencia y necesitamos que, además de que termine de finiquitar el proyecto, verle, tocarle y oírle. Los valencianos somos así. Feliz semana.
David Torres Palencia
Delegado ElDesmarque Valencia