El genio de la casa se despide del José Zorrilla

Afirmaba Arturo Alvarado hoy en El Mundo Diario de Valladolid que Braulio Vázquez sólo cuenta con Javi Moyano y André Leão para la próxima temporada. El resto de la plantilla deberá buscarse equipo o el club, si aún tiene contrato, le enseñará la puerta de salida. La dirección deportiva blanquivioleta quiere borrar esta temporada y no quiere el futuro tenga ninguna unión con esta dura experiencia.

 
Arrancando esta triste página de la historia reciente del club, el Real Valladolid se lleva por delante a Óscar González. El '10' blanquivioleta dirá adiós a nueve temporadas con el club pucelano y a muchos recuerdos de su carrera. Con Óscar se marcha el talento, la calidad, el pase, el gol por sorpresa y la pausa en los metros decisivos. Sin 'Mágico' González el Real Valladolid pierde al genio de la casa. Un jugador diferencial formado en los Anexos y que siempre había apostado por el club blanquivioleta cuando éste le necesitaba pero cuando no le podía ofrecer aquello que él merecía. Pese a ello, Óscar apostó por el blanco y el violeta ciegamente cuando el proyecto de Carlos Suárez estaba endeble y ofrecía más dudas que seguridades.

Su casa

Óscar González siempre ha estado señalado. Dicen que los genios son incomprendidos y quizás el charro haya sido uno de ellos en Valladolid. Desde su asentamiento en el primer equipo a comienzo del 2002 el '10' ha vivido exigido. Tenía que hacer mucho para ser elogiado. Un fichaje necesitaba menos. Él tenía que trabajar el doble y conseguir el triple. 11 goles en la temporada del descenso de Fernando Vázquez y la presión soportada tras la lesión de Ariza Makukula cuando sólo tenía 21 años no fue aceptada. Era poco. Los números de su segunda vuelta no gustaron y por ahí llegaron las primeras críticas. Óscar conoció 'su' exigencia. "Se borró en aquel descenso", se podía leer y con casa palabras el mito.
Las lesiones de Óscar nunca han sido tales. Sin comparar, el trato no ha sido el esperado de un jugador que apostó todo para devolver al equipo a Primera en 2010. Le costó. Consiguió un récord. Antonio Gómez convenció al entorno que él era el culpable. El único objetivo firmado por el madrileño tenía al charro como señalado. Por suerte llegó Abel Resino y su apuesta férrea por el canterano.
Lo apostó todo por él y Óscar 'fichó' por el Pucela para cinco temporadas más. Con el camino hecho por él y por el entrenador de Toledo, éste se invadió de gente. "Todos somos Óscar" parecía leerse en el estadio José Zorrilla cuando Miroslav Djukic basaba el juego en él y consiguió el necesario ascenso. ¡Qué temporada aquella! ¡Qué dureza! Algún día se contará el trabajo del '10' aquellos meses en los que la desaparición del club era un miedo real.
El charro ayudó. Trabajó por el equipo y lo hizo convencido de que ésta era su casa. Nunca lo ha dudado y ahora que se va a poner punto y final, menos. Óscar ha sido un jugador especial. Nunca se ha escondido ni en el campo ni ante los medios de comunicación. Ha criticado mucho, quizás demasiado siendo un peso pesado, pero ha mostrado la verdad en muchas ocasiones. Nunca ha puesto una venda sobre el entorno. Ha mostrado la realidad cuando ésta ha sido buena y cuando no.

Triste final

Es y será un jugador diferente. Con 33 años tiene cuerda para un buen rato más. La buscará fuera del estadio José Zorrilla, aquel que le vio debutar con el '27' y sin nombre el 7 de octubre de 2001 y del que se despedirá este próximo fin de semana. No habrá movimientos extraños ni estrambóticos en su despedida. Discreción y elegancia. Como es en el campo, lo es fuera de él. No se casa con nadie, no se calla ante nadie y no esconderá a nadie que su final no ha sido el esperado. No ha estado a la altura de su juego, el de una leyenda. Sí, una LEYENDA.