Un punto de moral
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Un partido que suponía más que tres puntos para el filial
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La derrota en Navalcarnero hunde al Promesas en la tabla
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Un punto... y gracias en los Campos Anexos ante el CD Toledo
Falto poco, muy poco para que el Real Valladolid Promesas tumbara al CF Fuenlabrada, flamante líder del Grupo I de Segunda División B. De nuevo la falta de pegada le jugó una mala pasada a un equipo que fue mejor que su rival, pero que no aprovechó las ocasiones de que dispuso y tuvo que conformarse con un punto que le mantiene farolillo rojo.
La desigualdad clasificatoria no se veía reflejada desde el inicio en los Campos Anexos. El filial peleaba, mordía y apenas concedía ante los madrileños. Pero a la hora de la verdad, como era habitual en este inicio de competición, seguía pecando de una flagrante inocencia en ataque. Luis Suárez no empujó a las mallas una pelota nada más comenzar y Raúl Navarro, más liberado como carrilero por el sistema con tres centrales planteado por Miguel Rivera, también fallaba incomprensiblemente a puerta vacía un pase de la muerte.
El Promesas dominaba y era superior al líder, pero no mataba. Las internadas de Carlos Cobo por la izquierda ponían en jaque a la experimentada defensa visitante liderada por el 'Cata' Díaz, pero no encontraban rematador. El lateral no se veía acompañado por los suyos, a los que les costaba un mundo entrar en el área.
Los fuenlabreños visitaban poco el área de Tanis Marcellán, pero cuando lo hacían, creaban el suficiente peligro como para sembrar las dudas en la retaguardia pucelana. Dioni Villalba y Juan Quero disfrutaban de las dos oportunidades más claras, pero la zaga lograba salir airosa.
El equipo de Antonio Calderón salía con una marcha más en la segunda mitad. Yaw Annor avisaba en un córner, pero eran los locales los que seguían dominando y, con jugadas rápidas, trataban de incidir aún más si cabe con la entrada de David Mayoral a los pocos minutos, una vez recuperado de su esguince de rodilla. Pero los azulones no lo permitían. Un disparo de Quero con muy mala intención que se marchaba rozando la escuadra era la antesala de una lucha encarnizada por la posesión. El partido se transformaba en un correcalles y la incertidumbre se apoderaba de los Anexos en el tramo final del choque.
Mayoral desperdiciaba una contra con un tiro que rechazaba el guardameta Pol Freixanet con muchos problemas y Matheus Barrozo, recién entrado, rozaba poco después el tanto con un lanzamiento ajustado al palo desde la frontal. Rivera, expulsado en la primera parte, decidía amarrar el punto con los últimos cambios y el partido moría dejando un sabor de boca agridulce a un filial que no venció pero fue superior a un líder que por primera vez en la temporada no lograba el triunfo a domicilio. Un empate que refuerza la moral del colectivo blanquivioleta pero que no le saca de la última plaza.