La ausencia de Mouriño empaña el adiós de Coudet: "Me hace mal no ver gente que tendría que estar acá"
Carlos Mouriño, presidente y máximo accionista del club, fue el gran ausente de la despedida de Eduardo Coudet como entrenador del Celta de Vigo. El técnico no quiso profundizar en las discrepancias, cada día más fuertes que el dueño del club mantenía con él en las últimas semanas, al querer darle gracias por la "oportunidad" que le brindó de entrenar por primera vez en Europa aunque antes había confesado que en su adiós "me hace mal ver a un montón de gente que me acompañó y me hace mal no ver gente que tendría que estar acá".
Confesó Eduardo Coudet que al ver tantas caras tristes en su adiós terminó emocionándose pero sabiendo que esas caras que reflejaban tristeza eran fruto del buen trabajo que había realizado en sus casi dos años de trabajo al frente del Celta. También confesó que la ausencia de algunas personas en el Salón Regio de A Sede "le hacía mal".
"Estoy mirando a la gente acá y por eso me emociono, no era la idea" decía Coudet que aseguró sentirse fuerte hasta ese momento. "La verdad que estaba muy bien hasta llegar y ver a un montón de gente querida". "Vuelvo a repetir, me hace mal ver a un montón de gente que me acompañó y me hace mal no ver gente que tendría que estar acá", confesó el técnico sin hablar del gran ausente en la despedida del argentino, el presidente Carlos Mouriño.
Preguntado por la ausencia de Carlos Mouriño el míster señaló que "soy un agradecido al presidente. Le agradezco la oportunidad que me dio. Si no está es por alguna situación por la que seguramente no pudo estar". "Solo tengo palabras de agradecimiento con él, con todos los consejeros y con Antonio (Chaves) sobre todo. También me acuerdo de Felipe (Miñambres) que me fue a buscar hace mucho tiempo", agregó.
"Después es fútbol. Lo había tomado de forma muy natural y la concurrencia me hizo mal", terminó confesando un entrenador visiblemente emocionado que abandonó el Salón Regio de A Sede nada más terminar su despedida de nuevo desbordado por los sentimientos.