Celia Jiménez: futbolista e ingeniera en la lucha por la igualdad

En esta nueva entrega que demuestra que #EllasValenOro, cruzamos el charco y ElDesmarque e Iberdrola nos trasladamos hasta Seattle. Allí encontramos a Celia Jiménez, jugadora del Seattle Reign FC de la liga estadounidense, titular con la selección absoluta de España y, por si todo esto fuera poco, ingeniera aeroespacial. Asomando entre sus dos pasiones, encontramos una férrea lucha por la igualdad y la sabiduría propia de quien ya ha vivido muchas experiencias en esta vida pero que sabe que lo mejor todavía está en el horizonte.

Así se presenta la joven Celia, que nació en 1995 en Alcaudete (Jaén). Tras pasar por el Real Jaén y el Sevilla FC, la lateral derecho quiso cumplir su otro sueño, el de estudiar ingeniería aeroespacial y, para ello, cruzó el océano Atlántico y aterrizó en Alabama, donde compaginó sus estudios universitarios con su crecimiento futbolístico. Como si de una típica película americana se tratase. Pero con un final real: la jiennense se convirtió en la primera futbolista española elegida en el draft para la National Women's Soccer League (NWSL). El Seattle requirió sus servicios y, tras dos años, Celia se ha ganado un puesto en el equipo.

"Ha sido una de las experiencias más bonitas de mi vida. Y que además he vivido con más nervios", dice la jiennense sobre esa noche de ceremonia del draft. "Era algo que soñaba desde que me fui allí. Desde el principio, jugar en la NWSL era una meta que no sabía si se iba a hacer realidad y esa ceremonia la viví muy lejos de casa, sin nadie de mi familia. Estaba muy nerviosa y, cuando escuché mi nombre, fue de los momentos más emocionantes de mi carrera", confiesa.

Pero hasta llegar a esa noche mágica, Celia ha tenido que pelear mucho y dejarse la piel en el césped y en los estudios. Aunque en el lado académico, haber estudiado en Estados Unidos ha sido una ventaja para ella, que vivió su experiencia universitaria como si estuviera en una película: entre casas enormes de fraternidades, jardines infinitos y campus gigantes que albergan a toda la comunidad universitaria. "Vivirlo como atleta ha supuesto un plus, porque en EE. UU., los atletas son una parte importantísima de la educación. Tanto desde el sistema académico, que se preocupa de que los atletas tengan acceso a todas las actividades, como desde los equipos, que se preocupan mucho de que la universidad vaya bien. En Alabama teníamos nuestra propia biblioteca con tutores disponibles sólo para nosotras en caso de que nos perdiésemos clase por algún partido", cuenta emocionada la andaluza.

Porque a Celia, cuando le piden que se describa, antes que futbolista e ingeniera, lo primero que le sale es "deportista". Y explica la sutil diferencia: "Siempre digo que antes de ser futbolista, hay que ser deportista y hay que sentir y llevar en el día a día los valores del deporte: el respeto, la competición, querer mejorar, ser una jugadora de equipo... Elegiría eso, porque tanto en ingeniería como jugando al fútbol o a cualquier otro deporte, son las bases".

Ahora que puede dedicarse de pleno al fútbol después de haberse graduado, Celia no se arrepiente de haber tomado ese difícil pero estimulante camino: "Ha sido de las mejores decisiones de mi vida sin duda", confiesa resuelta. Y su periplo académico no ha acabado con la ingeniería. Aunque el curso pasado se lo tomó como sabático, ahora está de nuevo estudiando: "Estoy haciendo un MBA y me gusta poder tener el fútbol como trabajo y pasión, pero también tener esa actividad intelectual a un margen y que me sirva de escape".

Una mente inquieta y una vida plagada de valores

"El fútbol es un deporte y el deporte son valores", indica tajante Celia. "Desde muy pequeñita aprendí que para conseguir tu objetivo se puede llegar a través de una vida sana, sin tomar atajos y sin tener que perjudicar a nadie. Tienes un equipo al que tienes que ayudar a crecer y al que tú también puedes ayudar a crecer".

Gracias a su amplia experiencia a lo largo y ancho del planeta, la jiennense tiene una visión del mundo muy enriquecedora. Sólo por su manera de hablar y de contar las cosas, se nota que la futbolista ha vivido mucho y eso le ha ayudado a tener conocimiento sobre las diferentes realidades que existen y lo privilegiada que se siente por haber llegado tan lejos. "Desde pequeña también aprendí a respetar y a incluir. He jugado en muchos sitios distintos, he tenido esa suerte, y he compartido vestuario con jugadoras de todas las partes del mundo prácticamente. Y me parece algo enriquecedor, que te hace abrir la mente y te convierte en una persona más llena, más completa. Yo crecí en Andalucía y tuve una infancia superdivertida y maravillosa, pero viví lo que viví, y compartir esa experiencia en la élite con personas que vienen de una realidad completamente diferente a la mía es maravilloso", explica la de Alcaudete.

A pesar de su profesión, Celia nunca ha tenido referentes en el mundo del fútbol. Como ella misma cuenta, sus ejemplos a seguir son mujeres que, a lo largo de la historia y de su vida, han luchado en pos de la igualdad en todos los ámbitos. Y eso es mucho decir, teniendo presente que tanto el fútbol como la ingeniería han pertenecido mayoritariamente a los hombres. "Mujeres fuertes, que han luchado por sus sueños y no han tenido miedo de soñar y de hacer esos sueños realidad a pesar de que la sociedad o las circunstancias en ese momento no lo planteaban fácil. Cuando hablo de esas mujeres, se me vienen a la cabeza muchísimas. En primer lugar, mi madre y mi hermana, pero también todas aquellas que lucharon por que la mujer pudiese votar hace muchísimos años, se me viene Angela Merkel, esas mujeres que de verdad están haciendo por cambiar el mundo y por hacer que la realidad en la que vivimos sea mejor".

No obstante, hay dos futbolistas de referencia con las que Celia ha podido compartir vestuario y descubrir que no son sólo magníficas jugadoras, sino que son personas auténticas. Hablamos de Megan Rapinoe y Jessica Fishlock, compañeras de la jiennense en el Seattle Reign, dos de las futbolistas más reconocidas a nivel mundial. "Les preocupa mucho el equipo y sus compañeras. Recuerdo que el año pasado, en pretemporada, Megan estaba todavía lesionada y se ponía en la banda como de entrenadora para decirme cualquier cosa que podía mejorar. Está involucrada tanto en su progreso personal como en el del equipo. Y fuera del campo son grandes personas, te hacen sentir parte del equipo y no marcan la distancia que en un principio se podría pensar que marcarían", cuenta Celia.

El futuro del fútbol femenino en España

Celia Jiménez es una de esas jugadoras que confía ciegamente en el progreso del fútbol femenino en España y que, además, tiene muy claro qué falta en nuestro país para que su nivel de atracción llegue a asemejarse al que tiene en Estados Unidos o Australia. "Si queremos que el femenino siga creciendo, que haya más patrocinadores, que desde las instituciones se le apoye más, tenemos que vender un producto y eso va de la mano de crear una mejor experiencia o un espectáculo", explica la jiennense.

"Sinceramente, creo que España, es un país donde la cultura del fútbol es base, desde pequeñitos y pequeñitas vivimos ese deporte, viéndolo en la televisión o jugándolo. En el masculino, esa parte de espectáculo está ya muy desarrollada y en el femenino tenemos que dar todavía varios pasos en esa dirección, hasta crear un ambiente en el que la gente esté con ganas de comprar una entrada de su equipo y de que llegue el domingo y pueda ir al bar a celebrar con su grupo de amigos que está jugando su equipo", apuntala, convencida.

Asimismo, está segura de que al fútbol femenino todavía le quedan mucho margen de mejora y que no hay que poner límites ni techos de cristal: "En los últimos años se han dado pasos positivos y firmes a recortar esa diferencia, pero todavía queda mucho por hacer y mucho por invertir. La calidad de las futbolistas, en los últimos años, ha mejorado muchísimo. Antes, cuando yo jugaba en España, la mayoría de las futbolistas tenían que compaginar fútbol con estudios o con trabajo y ahora, la mayoría sólo se dedican a competir y eso hace que tengan más tiempo para prepararse físicamente y más tiempo de concentración para el fútbol. La clave sería crear una experiencia que fuese más atractiva a la hora de vender y que la gente se enganchase y se viviese ese espíritu que se vive con el fútbol masculino".

Tampoco ve tan complicado ni como una utopía que los partidos de fútbol femenino en nuestro país consigan llenar estadios -como, por otra parte, ya ha ocurrido en alguna ocasión-, pero señala el camino a seguir: "No es soñar demasiado. Es el futuro, es lo que nos toca. Ya se ha demostrado que tenemos calidad de sobra, y ahora lo que toca es promocionar ese producto y que emocione, que llegue a las casas de España y que la gente sienta esa pasión y esa es la siguiente realidad del fútbol femenino".

Y está tan segura de ella por lo vivido con el Mundial de Francia de 2019. Un momento mágico para la selección española femenina y que logró despertar un gran interés en todo el país: "Fue especial porque sentimos muchísimo el apoyo de España. Nos llegaban muchísimos mensajes, la gente estaba muy pendiente… y para mí fue muy bonito y especial sentir eso, que no sólo estábamos jugando las del equipo sino que el país entero estaba con nosotras".

A Celia todavía le espera un brillante futuro como futbolista e ingeniera aeroespacial, pero a su corta edad, ya está dejando huella, no sólo profesionalmente sino como persona y, sobre todo, como mujer.

Quince preguntas para conocer mejor a Celia Jiménez

Celia Jiménez se somete al test de preguntas rápidas de ElDesmarque. Quince curiosidades que nos permiten conocer cuáles son sus preferencias en cuanto a libros, comida e, incluso, su gol favorito. Con sus respuestas, la futbolista nos muestra su lado más cercano, el que aflora fuera del césped.