El discurso en la presentación de Julián Calero que refuerza la ilusión entre el levantinismo
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Su entusiasmo es el camino, ha cautivado al Ciutat y es la mejor medicina para curar esas “heridas de guerra que quedan en el corazón y en el alma”
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El Cartagena-Levante de este domingo (16:15 horas) será especial para el técnico ya que se reencontrará con su pasado como técnico del Efesé
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Al frente del Cartagena firmó una salvación brutal, con números de ascenso y sumando el primer triunfo en la undécima jornada desde su llegada
Julián Calero ha entrado por la puerta grande en el Levante, su mensaje ha calado entre el aficionado, es puro carisma y la presentación de las incorporaciones de los primeros equipos masculino y femenino refrendó que la ilusión que desprende es incluso todavía mayor que el efecto unánime que generó el regreso de Vicente Iborra a casa. Su entusiasmo es el camino y la mejor medicina para curar esas “heridas de guerra que quedan en el corazón y en el alma”, que el propio entrenador recordó en sus palabras a la afición y que está convencido de que con la unión sin fisuras... “todo va a salir bien”. Es el faro de la ilusión. Fue el último de los protagonistas en saltar al terreno de juego y no necesitó de ninguna pregunta que le diera pie para exponer un discurso que tenía claro.
“Cuando empieza las temporadas se generan expectativas, muchas expectativas, pero esta vez quiero que llevéis por bandera la palabra ilusión. La gente granota ha sufrido muchas heridas, ha tenido muchas batallas, tenemos cicatrices, pero estamos preparados para el siguiente paso y para eso os necesitamos a vosotros (dirigiéndose a la afición). Las heridas de guerra siempre están ahí, se quedan en el corazón, se quedan en el alma. Hay que ir hacia delante. Si estáis vosotros, unidos a nosotros y nosotras (haciendo referencia al equipo femenino) nos va a ir muy bien a todos. Porque si tenéis ilusión, si tenéis ganas, le ponéis todo el alma y el apoyo, y nosotros lo devolvemos en forma de juego y entrega, todo nos va a ir muy bien”, expresó el entrenador del Levante UD.
El Ciutat de València cree en el 'efecto Calero'
Calero está construyendo su historia en el Levante y su barco ya está lleno de tripulantes. El Ciutat de València se aferra a lo que sucede el campo y se aleja (o por lo menos lo intenta) de una realidad financiera complicada, como quedó evidente en un mercado de fichajes en el que tocó encajar las piezas de aquella manera, con otra aportación de José Danvila (y también del presidente Pablo Sánchez) para cerrar una plantilla con 18 jugadores profesionales, más 10 con 'licencia B' y sin ese central que tanto Calero como Miñambres ansiaban. Ya de nada vale mirar hacia atrás y el foco está al cien por cien en el céspd y, de momento, las sensaciones son positivas.
El reencuentro de Julián Calero con Cartagonova
Y el domingo viene un nuevo reto para seguir disparando la ilusión. Un Cartagena-Levante con el recuerdo, siempre presente, de aquel 3-5 en el ascenso del Centenario de aquel equipo inolvidable con Luis García al frente. Pero, sobre todo, un partido especial para Julián Calero, ya que vuelve a la que fue su anterior casa y donde dejó una huella imborrable. Fue técnico del Cartagena durante 279 días, dirigió al equipo albinegro en 35 partidos, sustituyendo a Víctor Sánchez del Amo, y sumó 13 victorias, 9 empates y 13 derrotas. Números que le valieron para lograr una gesta, una permanencia que se recordará para siempre. Lo cierto es que a Julián Calero no se le da bien enfrentarse a su exequipo. Con el Cartagena, cuando se enfrentó al Burgos (el escudo que defendió previamente a aterrizar en Cartagonova) perdió ambos encuentros: 0-3 en Cartagena y 3-0 en Burgos.
En su despedida tuvo palabras muy bonitas con el club y la ciudad a la que visita este domingo: «A las dos semanas de llegar me enamoré de la ciudad, me enamoré del estadio, me empecé a enamorar de la gente y me enamoré hasta las trancas. Por un lado, tenía el corazón y por otro, la cabeza y la entorno». Finalmente, decidió marcharse, pero dejó una historia que es muy difícil que se vuelva a repetir. El domingo volverá a esa ciudad de la que se enamoró, pero con la intención de llevarse los tres puntos y mantener al Levante invicto una jornada más tras la victoria en el arranque en Gijón (1-2) y los dos últimos empates ante el Cádiz (1-1, en el Ciutat) y en la visita a Ipurua (2-2).
La huella de Julián Calero en el Cartagena
"Vamos a salir. Este equipo va a salir. Que busquen a otro porque este va a salir, pero no va a ser fácil. Esto va a ser una carrera y ojalá que en la carrera podamos esprintar, pero va a ser de fondo", sentenciaba Julián Calero el 27 de septiembre de 2023 en su presentación. Llegó con el FC Cartagena colista de la categoría, sumando seis derrotas en las siete primeras jornadas. Calero necesitaba dar con la tecla que su antecesor en el banquillo (Víctor Sánchez del Amo) no encontró.
Apenas había comenzado la temporada, pero el Efesé, que tuvo que tomar esta drástica decisión de cambiar de técnico demasiado pronto, ya tenía semblante de perdedor y Calero llamaba a "cambiar esta cara para poner la de ganador y ahí vamos a ver hasta dónde llegamos". Estaba ante uno de los retos más exigentes de su carrera en los banquillos. El técnico viral del discurso y el trabajo, que logró alzar al Burgos a Segunda y posteriormente lo consolidó para hacer historia e incluso acomodarlo en el liderato de la categoría la pasada temporada, obró uno de los milagros en la historia de la categoría.
La estocada al Levante en el Ciutat
El de la 2023/2024 fue el Cartagena de los récords negativos y positivos. Julián Calero fue la mecha que lo encendió todo y el líder de uno de los lemas del club: "Cartagena nunca se rinde". Y no fue un camino fácil, ya que el técnico de Parla encadenó diez partidos sin ganar desde su llegada (seis empates y cuatro derrotas). Hubo fe y confianza en su entusiasmo. En la jornada 17, el conjunto albinegro solamente había sumado una victoria y veía la salvación a 8 puntos. Y esa primera alegría fue en la 18, ante el Sporting de Gijón (1-0), en casa. Cartagonova llevaba 224 días sin sonreír.
La gesta se construyó en una segunda vuelta de ensueño, con registros de ascenso. Desde que la Segunda División tiene 22 equipos, nadie con 15 puntos en la primera vuelta, se había salvado con tres jornadas de antelación. Lo hizo el Cartagena, con una reacción salvaje y con, entre otras, victorias de autor como la lograda en su ahora Ciutat de València ante el Levante que dirigía Felipe Miñambres. Fue un equipo que en la jornada 17 llevaba una victoria y en la 39, ya con el objetivo de la permanencia en el zurrón, sumaba catorce.