Una cámara golpea a Luis Rubiales a la salida del juicio y se va sin hablar con la prensa

Luis Rubiales ha tenido que declarar este martes a juicio por su polémico beso a Jenni Hermoso en el que se le acusa de agresión sexual y coacciones. El expresidente de la RFEF se enfrenta a pena de hasta dos años y medio de prisión y tuvo que testificar para defender su versión de los hechos, dejando varias versiones de lo que ocurrió que hasta ahora no se sabían.

Con un ambiente tenso que se podía ver durante la toma de declaraciones, la expectación por verle en la salida de la Audiencia Nacional era máxima. Todos los medios estaban a la espera para conocer las impresiones de Rubiales, pero lo que no se esperaba nadie fue lo que ocurrió entre la multitud que le rodeaba.

Atosigado por periodistas, una de las cámaras que estaban cerca de él golpeó su cabeza, provocando un rostro de hartazgo y enfado que provocó que se marchase hacia un taxi sin ni siquiera dar una sola palabra a la prensa. Una imagen que describe perfectamente el sentimiento de Rubiales, una bomba a punto de explotar.

Luis Rubiales se defiende por su beso a Jenni Hermoso

Previamente ya había dejado varios testimonios llamativos, afirmando que "el beso siempre fue consentido" al ser un acto espontáneo de la alegría puntual. Según su versión, antes de que ocurriera aquello mantuvo una conversación con Jenni Hermoso en el que le pidió permiso y ella dio su consentimiento. Incluso normalizó aquella imagen asegurando que también "se ha dado besos con otras futbolistas y familiares en celebraciones", dejando claro que no había ninguna intención sexual detrás.

Además, Rubiales también reconoció el error de su comportamiento posterior y que "debía haber actuado con más mesura", aunque negó haber querido coaccionarla para que justificar el beso públicamente ni haberla presionado. En el juicio, la defenso presentó un profesional de lectura de labios que corroboró que sí le preguntó antes de dar el beso, aunque no se llegó a confirmar que ésta asintiera.