Leire Fernández y cómo ha convertido el Trail Running en lo más viral de internet: "Se lo debo a mi aita"
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Leire Fernández ha conseguido ser campeona de España de Trail Runner. Un deporte de esfuerzo y por el que se hizo viral tras un comentario en el que bromeaba simulando una frase que se hizo famosa por los éxitos del deporte español. "Claro que esto es duro, si fuera fácil se llamaría pádel. Soy Trail runner, dime a qué quieres que te gane", afirmaba con una sonrisa.
La deportista ha accedido a una entrevista para ElDesmarque en la que ha señalado que ganara o no iba a seguir entrenando. Aunque con diferente punto de vista. "Al final, de lo que viene no has ganado nada. Está todo por ver. En cuanto termina una carrera siempre preguntan, luego el resultado siempre es el mismo. Si ganas una carrera el lunes va a ser, 'Bueno, vamos a seguir entrenando, recuperando para a ver si podemos continuar esta buena racha', y si no ganas, 'Vamos a ver si revertimos esto'. Osea, el resultado de lunes siempre va a ser el mismo: los perros me van a mirar con la misma cara, el aita me va a echar el mismo sermón de siempre. Normalidad", asegura.
Leire Fernández ha señalado lo importante que es su entorno
Al preguntársele sobre ella misma, volvía a mostrarse natural. "Soy una persona normal, que vive con mucha pasión el deporte, que va acompañado con su aita power a todos lados, que le encantan las perrerías, que vive el momento. Ha hecho fisioterapia y sigue estudiando el tercer máster. Compagino todo", enumera.

Sobre si existe una especialidad que le guste especialmente ha respondido que no quiere quedarse con ninguna. "No me he encasillado ni me quiero encasillar. Veo que lo puedo compaginar: he hecho ultras, carreras cortas, más explosivas, carreras de cinco kilómetros con los perros. Me encanta esa versatilidad y mientras lo pueda mantener, lo voy a seguir haciendo. No lo voy a condicionar en alguna cosa", afirma.
No obstante, reconoce que las que más le gustan realizar son las carreras de montaña. "El seguir un poco más, porque es verdad que al final son carreras, las que llamamos cortas que son de tres o cuatro horas, que siempre tienes que seguir un poco más. Cuando el cuerpo está cansado, tienes que seguir un poco más y siempre tienes que dar un último esfuerzo, y hay muchos últimos esfuerzos. Son carreras bonitas que llenan mucho", admite.
Expuso cómo sucedió la frase
Sobre su mejor recuerdo realizando una prueba, ha resaltado uno por delante del resto. "Evidentemente, tengo recuerdos espectaculares, pero nada igualable a la Leire de 11 años. Iba con el aita al monte, con la ilusión de mejorar, de pelearte con los mayores, de seguir mejorando, de coger destrezas en las bajadas. Esa idea del día a día, de seguir mejorando. Creo que es el mayor aliciente, la mayor droga", asegura.
También habló sobre la frase con la que se hizo viral, y que ha llevado incluso a ser una frase de camisetas. "Quiero que se quede en la esencia de lo que es, de lo que ha sido y de la risa que ha sido. Podía haber dicho pádel, como podía haber dicho natación en el desierto, curling, ajedrez o cualquier otra cosa. El éxtasis del momento, que yo también soy un poco del mundillo del vacile, un poco juvenil. A raíz de eso ha creado un batallón de la risa de gente que se ha sumado a la parte de guay", resalta.
Sobre la venta de productos con la frase también ha dado su opinión. "No me gusta llamarlo merchandising. Me han propuesto marcas de hacer que si merchandising, historias... Yo quería mantener la naturalidad de lo que surgió, de cómo surgió y la única condición de ponerla a la venta era que yo no gano nada. La camiseta que salga barata para el que la tenga todos los gamberros que la quieran tener", afirma sonriente.
Sobre su entorno habla con mucho cariño. "Tengo un lujo. Un aita que me apoya, una ama que me ayuda, unos perros que les digo a entrenar y no me ponen pegas, si es subida, bajada, series, volumen. Me reciben con un 'vamos, vamos'", explica con una sonrisa.
Sobre lo que ha aprendido reconoce que su aita "le ha enseñado a todo menos a vivir sin él. "Es mi gregario, mi taxista, mi pepito grillo, el que me hace parapeto de los marrones, el que me sostiene. Es un poco el que está detrás siempre, en la sombra, pero está ahí no falla", relata.
Algo que le lleva a seguir buscando la mejora y no rendirse. "Cómo no me voy a esforzar. Al final, siento la obligación, igual de ver las cosas positivas, de seguir un poco trabajando, entrenando. Al final es imposible hacer las cosas bien con mala actitud o con mala cara. Valoro lo que tengo y creo que es mi obligación. Se lo debo a ellos", finaliza.