Nyland honra la figura de Puerta (2-2)

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Lukebakio e Idumbo fueron los goleadores sevillistas
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Nyland paró dos penaltis en la tanda y Andrés Castrín marcó el definitivo
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El uno por uno del Sevilla ante el Al-Qadsiah en el Trofeo Antonio Puerta
El Sevilla FC se ha llevado una vez más el Trofeo Antonio Puerta -12 de 14 ediciones-, esta vez ante un rival de poco lustre como el Al Qadsiah de Míchel, Nacho Fernández, Casteels y Retegui, por citar a los más conocidos, en una calurosísima noche agosteña, que invitaba a cualquier cosa menos a jugar al fútbol. Tampoco a asistir al estadio, y aun así cerca de 27.000 sevillistas se dieron cita en el Ramón Sánchez-Pizjuán.
Apenas han llegado dos fichajes, se teme lo peor con las inscripciones, pero la pizca de ilusión que despierta el tándem Almeyda-Bonini y honrar a Antonio Puerta fueron suficiente atractivo para un sevillismo deseoso de fútbol, de ver a su equipo y, de paso, de mostrar una vez más al consejo de administración que no le quiere.
De todos modos, al Trofeo Antonio Puerta habría que darle una vueltecita, por la fecha -debería ser el último partido de pretemporada cada año- y por el escaso nivel de los últimos rivales. El homenaje siempre es bonito, pero la ‘Zurda de Diamantes’ se merece más.
Matías Almeyda demostró haber encontrado un once con el que sacó de inicio, prácticamente idéntico al que saltó al césped del Velodrome hace apenas dos días, con el único cambio de Ramón Martínez por Agoumé. El canterano fue el único jugador de campo que completó el partido, tal y como hizo Nyland.
El Sevilla encontró fácil la debilidad del Al Qadsiah de Míchel en su primer saque de esquina. Inocentes los árabes, Rubén Vargas encontró a Lukebakio en la frontal para que el belga batiera de un disparo ajustado a Casteels. El suizo, al que acudió a ver su seleccionador Murat Yakin, y el belga serán la sociedad a la que deberá agarrarse el sevillismo si el 2 de septiembre siguen los dos por Nervión.

Todo hacía indicar que el partido sería un paseo para los de Almeyda, pero solo si no sucedía nada en el lateral derecho. Y sucedió. José Ángel Carmona, como en el resto de los partidos de pretemporada, cometió un penalti después de varias pérdidas comprometidas, y para colmo se lesionó. Retegui batió a Nyland con suficiencia, y antes del descanso Akor Adams tuvo sus opciones, pero metió la que no valía. Ahí hay que actuar, Cordón.
Una segunda parte de dos caras
El Sevilla salió tras el descanso con una marcha más, que le duró hasta que llegó el carrusel de cambios. Rubén Vargas falló a bocajarro antes de poner su segunda asistencia del día a Idumbo Muzambo, para que el belga hiciera el 2-1. Lukebakio y Akor Adams también las tuvieron, pero sus disparos se perdieron en el cielo nervionense.
Entonces, llegó el carrusel de cambios y el partido perdió el interés. Almeyda probó con tres defensas y dos delanteros unos minutos, Alfon debutó y el Sevilla acabó con una defensa formada por Pablo Rivera, que es centrocampista, Ramón Martínez, Andrés Castrín y Pedrosa. Entonces, el Al Qadsiah, durito en el tramo final, amenazó con Quiñones y vacunó por medio de Carvalho en una doble jugada muy mal defendida. Los problemas están todos ahí. El sevillismo lo sabe, también Antonio Cordón, pero la economía manda y para entrar deben salir. El primero Juanlu, que no fue convocado.
El Trofeo Antonio Puerta se fue a la tanda de penaltis y allí emergió la figura de Nyland para detener dos de los disparos del Al Qadsiah, uno a Nacho Fernández y otro a Al Qathani, para que Andrés Castrín marcara el definitivo y la estatuilla en recuerdo de Puerta volviera a quedarse en Nervión, entregada esta vez por su hijo Aitor y por Joaquín Caparrós, que estrenaba así su puesto de presidente de honor y, de paso, ahorraba una pitada más a un consejo de administración al que la afición ya hace tiempo que dio por amortizado.
