Lost Soul Aside tiene un combate adictivo y frenético, pero sufre el Síndrome de Ícaro

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Un combate frenético, espectacular y vistoso en un mundo fantástico que nos viene de China
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Un título ambicioso que se ha quedado a medio camino de lo que intentaba conseguir
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Lost Soul Aside llegará a Playstation y PC en 2025
Durante casi una década, Lost Soul Aside se convirtió en un proyecto mítico. Desde sus primeras filtraciones y el espectacular tráiler inicial, se prometía un JRPG de acción capaz de competir con grandes nombres del género. El desarrollo comenzó prácticamente como un trabajo individual de Yang Bing y su estudio Ultizero Games. Posteriormente contó con el apoyo de Sony mediante su China Hero Project, que ayudó a transformarlo en un título completo, con ambiciones de AAA y una puesta en escena muy pulida.
Sin embargo, estamos ante un juego de tamaño reducido cuyas aspiraciones visuales y su precio de venta en el lanzamiento, como de superproducción, ha perjudicado. Como Ícaro volando muy cerca del sol, el riesgo de quemarse siempre es elevado.
Dicho esto, el juego intenta fusionar lo mejor de Final Fantasy XV y Final Fantasy XVI, con toques visuales que recuerdan a Caballeros del Zodíaco. La intención era clara: ofrecer un combate frenético, espectacular y vistoso en un mundo fantástico. Sin embargo, esa ambición topa con varias limitaciones estructurales. Las referencias a clásicos son evidentes, y aunque aportan familiaridad, también reducen la identidad propia del título. El resultado es una experiencia desigual. Momentos frenéticos a los mandos que contrastan con pasillos lineales, puzzles mínimos, 'masillas' a puntapala y una narrativa que se apoya demasiado en clichés.
Desde la primera mazmorra hasta el enfrentamiento final, Lost Soul Aside busca impresionar, pero no siempre consigue sostener la intensidad. La acción es absorbente y el combate engancha, pero otros elementos del juego parecen pensados más como un marco para los combates que como contenido significativo por sí mismos. Esta tensión entre espectáculo y repetición será una constante a lo largo del análisis.
La narrativa de Lost Soul Aside, llena de tópicos y referencias

La historia de Lost Soul Aside se articula alrededor de Kaser, un protagonista con la misión de salvar a su hermana y, de manera secundaria, a otras personas, aunque esto no se enfatiza. La narrativa combina traiciones, conspiraciones y villanos de anime genérico en un intento de dar dramatismo, pero falla a la hora de construir personajes memorables.
Kaser forma parte de la guerrilla urbana ESPLENDOR, un claro guiño a Avalancha de Final Fantasy VII. Su misión es combatir al gobierno corrupto. La dualidad con el imperio añade tensión, pero queda diluida: el gobierno ayuda puntualmente a Kaser solo para traicionarlo luego, mientras que el emperador actúa con ambición absoluta, pero sin carisma real. Por otra parte Aramon, el villano principal, es un extraterrestre que vive en otra dimensión, con poderes misteriosos y actitud de shōnen, pero resulta olvidable. Su función principal es generar combates, no tensión narrativa.
El lore se amplía con retazos de una guerra milenaria y figuras que recuerdan a Caballeros del Zodíaco. Estos caballeros aparecen inicialmente como enemigos y se revelan poseídos, introduciendo elementos de construcción de mundo interesante, aunque poco desarrollado. Los poderes de los extraterrestres también se transmiten a otros personajes, ofreciendo cierta coherencia, pero la historia se siente dispersa. En resumen, la trama es un mosaico de referencias sin cohesión.
En cuanto a los personajes, más allá de Kaser, los secundarios aportan poco al conjunto. La guerrilla ESPLENDOR tiene personalidad limitada y funciona más como recurso narrativo al inicio que como grupo con identidad propia. Los aliados ayudan en las misiones, pero rara vez tienen motivaciones claras o escenas que los definan.
El resultado general es un elenco que cumple funciones básicas, pero que no logra crear vínculos con el jugador. Solo Kaser mantiene cierta presencia gracias a la motivación central de salvar a su hermana, pero incluso él carece de profundidad emocional o conflicto interno destacable.
El apartado artístico se siente, casi siempre, bastante genérico

Visualmente, el juego es sólido pero no sorprende. Los escenarios son evocadores: puertos decadentes, imperios opulentos, castillos monumentales, mazmorras y puertas dimensionales. Sin embargo, todos ellos recuerdan demasiado a Final Fantasy, sin aportar identidad propia. Los intentos de abrir espacios en pasillos estrechos o crear zonas “abiertas” fracasan, ya que siguen siendo lineales en esencia.
La paleta de colores es coherente y adecuada para cada localización, pero genérica. El diseño de enemigos y criaturas sigue la línea de los JRPG modernos, con enemigos humanos y alienígenas que se distinguen por tamaño y efectos visuales, aunque sin aportar originalidad narrativa.
En cuanto al diseño de criaturas en sí, UltiZero Games opta por alienígenas para desmarcarse en sus diseños. Sin embargo, muchos acaban pareciéndose a caballeros con espadas, espíritus, brujas, gusanos... en este sentido casi siempre se separan bien de lo que más conocemos, aunque a veces encontrarás reminiscencias a otros títulos.
El combate es adictivo, rápido e intuitivo, se pega a las manos

El combate es la principal fortaleza del juego. Las armas se alternan de manera fluida: espada rápida, guadaña, espada de doble hoja y espadón contundente. Cada tipo ofrece combos diferenciados, ataques críticos y un ritmo frenético que engancha desde el primer minuto. Incluso hay un medallón que te bonifica por intercambiarlas durante el combate como en Devil May Cry.
El dash para esquivar es fundamental: permite evadir ataques, estunear enemigos y encadenar golpes críticos, creando una sensación de control total. Los Poderes de Arena, asignados al L2 + botones principales, generan ataques devastadores visualmente impactantes que refuerzan el espectáculo. Además, tienes tres elementos en los que infringir estados alterados a los enemigos y, así, acabar los combates mucho más rápido.
Cada arma tiene un árbol de habilidades propio, con desbloqueos de combos y mejoras pasivas (más ataque, pociones adicionales, etc.), incentivando la experimentación y diferenciando estilos de juego. La personalización de armas mediante sellos o medallones permite modificar atributos como crítico, ruptura o daño, representados visualmente como pegatinas en la propia arma. Funciona en términos jugables, y estéticamente te permite cierta agencia en la personalización visual.
Los puntos de guardado son abundantes y recargan vida y pociones, manteniendo el ritmo del combate sin frustrar al jugador. En conjunto, esta sección justifica que el juego se acerque al corazón del jugador: velocidad, fluidez y espectáculo bien medido.
La estructura y el diseño de niveles es pobre y poco imaginativa
Los niveles son lineales y repetitivos: pasillo, arena de combate, pasillo, arena de combate. Los puzzles son mínimos, el plataformeo impreciso, y las bifurcaciones casi siempre llevan a cofres irrelevantes. Algunos tramos simulan amplitud, pero la ilusión dura poco. Se incluyen fases de persecución, pero estas no compensan la repetición de la exploración ni el diseño pasillero.
La linealidad y los portales entre dimensiones generan la sensación de tiempos de carga camuflados, lo que da la impresión de que el juego fue concebido para PS4 y adaptado a PS5. En general, la exploración aporta poco, más allá de los combates.
La campaña dura unas 22 horas, pero la repetición de sistemas y el limitado diseño de niveles hace que parezca inflada. Hasta la cantidad de combates contra 'masillas' se siente exagerada. La dificultad es baja: enemigos previsibles, jefes fáciles salvo un par de momentos con ataques de instakill, y pociones abundantes. El modo difícil se desbloquea tras completar la historia, limitando el reto inicial. No hay finales alternativos ni incentivos para rejugar.
Lost Soul Aside quiere parecer un AAA, pero se le ve el cartón

En lo técnico, Lost Soul Aside arrastra varios problemas que empañan su acabado. El framerate sufre caídas constantes en los combates más espectaculares, cuando coinciden demasiados efectos de partículas en pantalla. No llega a romper el juego, pero sí resta fluidez y transmite la sensación de que falta optimización.
A esto se suman las cargas, que aunque no son demasiado largas, aparecen con más frecuencia de la deseada. Incluso se notan las llamadas “cargas ocultas”, disfrazadas con puertas que tardan en abrirse o pasillos estrechos que obligan a caminar despacio. Estas últimas son constantes, evidenciando que es un juego diseñado originalmente para PS4. Terminan rompiendo el ritmo de una experiencia que ya de por sí se siente repetitiva. Por si fuera poco, algún bug visual relacionado con la cámara nos ha acosado en un punto concreto de la aventura. Ni apagando y encendiendo desaparecía.
Visualmente, Lost Soul Aside luce bien en los combates, con animaciones fluidas, efectos de partículas llamativos y un frenesí visual que mantiene al jugador pegado a la pantalla. Las habilidades y combos se representan con claridad, y el impacto de los poderes de Arena se siente satisfactorio. No obstante, hay caídas de frames puntuales, especialmente en jefes con múltiples ataques mágicos y efectos vistosos. Esto rompe ligeramente la fluidez, aunque nunca llega a ser crítico.
En cuanto a los escenarios y "biomas", son los clásicos: puertos decadentes, imperios opulentos, castillos monumentales, un nivel de nieve, otro con aspecto asiático, mazmorras y puertas dimensionales... Sin embargo, todos ellos recuerdan demasiado a Final Fantasy, sin aportar identidad propia. Los intentos de abrir espacios en pasillos estrechos o crear zonas “abiertas” fracasan, ya que siguen siendo lineales en esencia.
El motor utilizado es Unreal Engine 4, y se nota en la calidad general de modelados y texturas. Los efectos de luz y las animaciones faciales son correctos, pero no destacan frente a otros títulos recientes. La cámara funciona sin problemas importantes, ofreciendo libertad de movimiento sin generar frustraciones, es amplia y te permite ver con perspectiva lo que ocurre a tu alrededor.
En conjunto, el apartado técnico es sólido y cumple con lo esperado de un título de esta escala, pero queda a medio camino entre un juego independiente y un AAA. Tiene destellos de calidad superior, pero la falta de optimización en ciertos momentos y la dependencia de referentes visuales lo dejan sin una identidad propia clara.
Conclusiones de Lost Soul Aside
Lost Soul Aside es un juego de contrastes. Es adictivo en su combate, con fluidez, combos, poderes de Arena y árboles de habilidades que aportan cierta profundidad. La progresión es satisfactoria, pero no te va a ofrecer nada que no hayas visto antes, e incluso mejor desarrollado, en otros títulos del género.
Del mismo modo, la narrativa es cliché y dispersa, los villanos poco memorables y la historia se siente como un collage de referencias a otros JRPGs. La estructura de niveles es lineal y repetitiva, el plataformeo impreciso, y los puzzles son mínimos. La duración se siente inflada, la dificultad baja y la rejugabilidad casi inexistente. Artísticamente cumple, pero depende de referentes y carece de identidad propia, mientras que el rendimiento técnico es sólido salvo caídas puntuales de frames.
Plataforma analizada: PlayStation 5
Lo mejor:
- Combate ágil, fluido y satisfactorio, con combos, dash y ataques críticos.
- Árboles de habilidades individuales para cada arma.
- Personalización de armas mediante sellos/medallones.
- Poderes de Arena visualmente espectaculares.
Lo peor:
- Historia y villanos cliché y olvidables.
- Diseño de niveles lineal, repetitivo y con plataformeo regulero.
- Puzzles poco inspirados (salvo alguno puntual) y exploración irrelevante.
- Dificultad baja y rejugabilidad nula.
- Apartado artístico competente pero genérico, y rendimiento irregular en momentos puntuales.
- Su eterno desarrollo y el precio de salida, a nivel del un AAA, ha provocado decepciones entre los jugadores
68/100