Xabi Alonso, ante su propia trampa

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Todos los focos estarán puestos en Xabi Alonso y Fede Valverde en el Real Madrid - Villarreal
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Fede Valverde responde a las críticas: "No pueden decir que me niego a jugar"
Le decía Al Pacino a Chris O’Donnell en ‘Esencia de mujer’: “Hay dos tipos de personas. Las que dan la cara y las que corren a ponerse a cubierto. Mejor a cubierto”. Fede Valverde no quiere jugar de lateral. Dice que no le gusta y que no ha nacido para ello. Y se lo ha dicho a Xabi Alonso y nos lo ha dicho a todos. Pero Fede Valverde ha dicho más. Mucho más. Le ha dicho a Xabi y nos lo ha dicho a todos que jugará hasta de portero si es eso lo que el Real Madrid y su entrenador le piden. Y Xabi Alonso, ante esta situación, tenía dos opciones. Templar o mandar. No sabemos si la suplencia de Valverde es un castigo o no lo es. Eso sólo lo sabe Xabi Alonso que, por otra parte, no da el perfil de entrenador justiciero.
Lo que sí sabemos es que Xabi Alonso conoce cómo es el vestuario del Real Madrid como si hubiera nacido en él. Seis temporadas. Y también sabe lo difícil que es domar al elenco de estrellas que cada curso se cambia, se ducha, celebra, sufre y se conjura en ese vestuario. Ya ha demostrado que puede manejarse en múltiples situaciones. Que puede conceder a un jugador salir en la posición que más le gusta y también que puede sentar a un galáctico que no hace ni un año hizo romper relaciones al club con el Balón de Oro porque no se lo daban a él. Xabi sabe todo eso y con todo ese saber ha gestionado el tema Valverde. Y puede que se haya puesto a sí mismo una trampa que, por otro lado, era fácil de evitar.
La gestión de Xabi Alonso
Si Xabi el martes hubiera puesto a Valverde de mediocentro en las remotísimas tierras de Kazajistán, qué bueno es Xabi que tiene mano izquierda y ha sabido atender la demanda de un jugador clave. Si Xabi Alonso hubiera sacado de lateral a Valverde, qué bueno es Xabi que pone por delante la necesidad del equipo y a pesar del poco tiempo que lleva como entrenador en Concha Espina mantiene su autoridad en un momento delicado (tras la manita en el derbi y con Carvajal y Alexander-Arnold lesionados).
He leído varios artículos dañando mi persona. Sé que he tenido partidos malos, soy consciente. No me escondo y doy la cara. Realmente estoy triste. De mí pueden decir muchas cosas, pero bajo ningún punto de vista pueden decir que me niego a jugar. He dado todo y más por este…
— Fede Valverde (@fedeevalverde) October 1, 2025
No sabemos el motivo por el que Xabi dejó sin un solo minuto de Champions a Valverde en el partido del martes. Pero si fue sólo una decisión técnica y no hay detrás ni castigo ni lesión, no parece muy acertada. Y no por lo que pueda pensar el jugador, la prensa o los aficionados. Sino por el momento y el rival que tiene en el horizonte inmediato. Nada menos que el Villarreal, tercero en liga y a solo dos puntos de los blancos. Porque con el revuelo cacareado -ruedas de prensa, gestos en el calentamiento y mensajes en redes sociales- que han provocado, entrenador y futbolista han puesto todos los focos sobre la alineación de esta próxima jornada.

Los ojos puestos en Xabi Alonso y Fede Valverde ante el Villarreal
Si Xabi Alonso el sábado pone a Valverde de mediocentro, parecería una concesión a la presión y, además, ante lo que dice la lógica con la lesión de los dos laterales, sería ir en contra de lo que él necesita para el equipo. Ni hablar de lo que pasaría si con ese planteamiento el Real Madrid pincha en casa ante los de Marcelino. Si Xabi Alonso saca de lateral a Valverde, demostraría que tiene autoridad, sí, pero en un contexto en el que previamente se ha puesto en la palestra pública que algo pasa entre los dos. Y ni hablar si le da al 'submarino amarillo' por sacar puntos del Santiago Bernabéu: ¿no le estaría dando la razón a Valverde poniéndose en evidencia?
La triple trampa que Xabi Alonso le ha puesto a Xabi Alonso
Xabi Alonso se ha puesto una trampa que, además, es triple: tiene que sacar a Valverde, tiene que acertar con su posición en el campo y, por último, tiene que jugar bien y ganar en casa. Por eso, entre dar la cara y ponerse a cubierto, Xabi tuvo el martes una oportunidad y la desaprovechó. Bastaba con sacar a Valverde en cualquier sitio y que, enfadado en el lateral o contento en el centro del campo, la cosa no trascendiera y quedara en la intimidad de entrenador y futbolista. Si Al Pacino hubiera estado en Almaty le habría dicho al tolosarra: “Míster, mejor a cubierto”.