Una experta en sueño aclara por qué dormimos menos y peor a medida que envejecemos

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Al envejecer dormimos menos, pero no siempre significa que padezcamos un trastorno del sueño
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Dormir bien y descansar es sinónimo de salud, independientemente de la edad que tengamos. Si bien es cierto que a medida que cumplimos años, la calidad y las horas de sueño disminuyen, esto no significa que nuestro organismo necesite dormir menos.
¿Por qué ocurre esto? ¿A qué edad comenzamos a tener más dificultades para dormir bien? ¿Cómo podemos combatirlo? La experta en sueño, María José Martínez Madrid, ha resuelto en ElDesmarque todas estas preguntas.
"Con la edad, el sueño se vuelve más ligero, más fragmentado y algo más corto. Esto es parte del proceso natural de envejecimiento del cerebro y del sistema circadiano, que regula nuestros ritmos de sueño y vigilia", resume la profesional.
Por qué dormimos peor con la edad
"Cada vez duermo menos, eso es que me estoy haciendo mayor" o "como se nota la edad porque ya no soy capaz de dormir del tirón", son comentarios habituales a partir de los 40 o 50 años. Y es que es en esta etapa cuando los cambios en el sueño comienzan a aparecer progresivamente, aunque "suelen hacerse más evidentes a partir de los 60".
El hecho de cumplir años, y por consiguiente, de envejecer, hace que "el reloj biológico -el sistema circadiano- se vaya debilitando", de forma que "responde peor a las señales externas como la luz o la actividad social", comienza enumerando la también coordinadora del grupo de trabajo de Cronobiología de la Sociedad Española de Sueño.
Asimismo, la producción de melatonina disminuye, cuestión que dificulta la conciliación del sueño, y "se reducen las fases de sueño profundo" por lo que "hay más despertares breves durante la noche".
Junto con los cambios naturales del organismo, la presencia de enfermedades crónicas, la toma de fármacos, la menor exposición a la luz natural o la falta de rutinas, crean un escenario que provoca "que el sueño sea menos reparador y más vulnerables a las interrupciones".

Despertarse por la noche no es sinónimo de trastorno
Es lógico pensar que podríamos padecer algún tipo de trastorno cuando las horas de sueño disminuyen y los despertares por la noche aumentan. Sin embargo, la también fundadora y gerente de Kronohealth asegura que esto no siempre es así.
"Lo importante es que, aunque haya despertares, la persona se sienta descansada al levantarse", pues los microdespertares "forman parte del patrón típico del envejecimiento" y "aumentan porque el sueño profundo se acorta".
Rutinas para reforzar el sistema circadiano
Aunque los cambios en el organismo que se producen a medida que cumplimos años, relacionados con el sueño, son inevitables, la experta en sueño enumera algunos hábitos a seguir para que nuestro sistema circadiano se vea reforzado y no sea tan frágil:
- Mantener rutinas estables
- Exponerse a luz natural por la mañana
- Realizar actividad física regular
- Evitar siestas muy largas o tardías
A modo de conclusión, la Dra. Martínez Madrid deja claro que aunque la media de horas de sueño de la gente mayor tienda a ser de entre 6 y 7 horas, "lo importante no es solo la duración -entre 7 y 9 horas-, sino la calidad del sueño y cómo la persona se siente durante el día".