El deportivismo disfruta, por fin, de una despedida de año tranquila
Desde hace muchos años -los míos últimos como Presidente ya no lo fueron y voy a cumplir ocho fuera del Consejo- los deportivistas necesitábamos disfrutar de unas fiestas felices y tranquilas y, al fin, han llegado, con una plácida Asamblea, cosa que ya no se recordaba; con el equipo femenino en lo alto de la clasificación y con el Deportivo como líder destacado de la Primera RFEF, por lo que recibirá el honorífico reconocimiento como “Campeón de Invierno”, que, aunque no significa nada definitivo, la estadística nos recuerda que dos de cada tres casos, allá por el mes de mayo, celebran un título premiado con el ansiado ascenso de categoría.
Nada mejor que buenos resultados deportivos para que los aficionados tomen el turrón con tranquilidad, lo que viene a confirmar que “lo único” que les preocupa es lo que ocurre en el césped… porque ni siquiera llamó la atención en la Asamblea los más de 11 millones de pérdidas en la temporada 2020-21 , cifra que, posiblemente, suponga el récord de toda la historia de Segunda B.
Y es que el deportivismo está contento, y con razón, porque observa una plantilla fuerte y unida, por lo que es de justicia felicitar a los que diseñaron un grupo que ha devuelto la ilusión a una hinchada empeñada en batir todas las marcas de número de abonados, asistencia a los encuentros… y ya no hablemos del ambiente y animación inigualable que se vive en Riazor y en todos los campos que visitamos.
Vaya, pues, mi felicitación al Presidente Couceiro y su Consejo y, en especial, a los que eligieron a esos jugadores, decisión en la que parece se aúnan la mano de un técnico conocedor de la 2@B y el trabajo de la dirección deportiva y la secretaría técnica que han formado una plantilla de garantía, por su calidad y cantidad.
Tan es así que, si no nos confiamos y seguimos en esta línea de seriedad y trabajo, lo lógico sería que se incrementase de forma sustancial las diferencias con los perseguidores, porque ni los Racing, el de Santander y el de Ferrol, que son los equipos que veo más fuertes en este momento, cuentan con un armario como el del Deportivo, que dispone de doble o triple fondo de jugadores de nivel por puesto.
Quizás la “ventaja” de ese amplio y cualificado plantel, juegue en contra de poder ver, con cierta asiduidad, la camada de oro, que en buena parte captaron en 2010 como benjamines Pulido y Tito Porvén, que integran los triunfadores de Champions Juvenil como Trilli, Barcia, Mella, Yeremay, Nájera… Noel aparte, porque sería bueno que aprovechásemos la triste circunstancia de encontrarnos en Primera RFEF.
Por eso es posible que no fuese mala idea facilitar la salida de aquellos jugadores que juegan poco y así abrir un claro espacio para nuestros jóvenes internacionales, que, como el media punta Pablo Torre, el nuevo Sergio Canales del Racing, puedan irse haciendo un hueco entre los 16 que disfrutan de minutos de juego.
Y digo esto porque el Presidente acaba de dar el titular que “la cantera es la piedra angular del proyecto que queremos desarrollar”, reiterando lo que ya había dicho al tomar posesión del cargo cuando fijó como objetivo un techo que creo inalcanzable por nuestra cultura: “crear una cantera a semejanza de la del Athletic Club”.
Pero si se dieron pasos. El primero lo dio el pasado año Juan Carlos Valerón -su pérdida como “ideólogo de Abegondo” es algo que nunca nos debemos perdonar- que cambió un Fabril de “veteranos” por un Fabril con cierto peso de juveniles, a lo que Gilsanz y Fran González Pérez dieron esta temporada varias vueltas de tuerca.
¿Era eso necesario? Mi opinión es que en el filial hemos pasado del “cero”, que se encontró “El Flaco”, al “infinito” de hoy, con un once casi integrado por juveniles. Creo que es un error hacer del Fabril un equipo “juvenil”, ya que se compite en una categoría senior -en la que en breve es obligado ascender para estar al nivel del resto de clubs- y en la que solo tienen cabida los “distintos”, los muy destacados.
Poderosas razones podemos argumentar, porque, si no se miden bien los tiempos, corremos el grave riesgo de vaciar de contenido el Juvenil A, equipo estrella de las inferiores de un club, y de “aburrir” en el filial a jugadores de brillante futuro, que, si no pasan con rapidez al primer equipo, exigirán su salida a los 20, 21, 22, 23 años -como ya están marchando desde hace tiempo- justo en edades en las que deben estar a caballo de pasar al Deportivo o servir de sostén de un Fabril en esa su 2@B tradicional, que es la categoría a lograr, porque no podemos olvidar que, en muy poco tiempo, también el filial ha descendido del tercero al quinto nivel del fútbol.
Pero dejemos esas reflexiones y felicitemos este Xacobeo-2022 a un deportivismo, que, con los RIazor Blues como animadores, se muestra fuerte y unido, y pidamos a los Reyes Magos que nos orienten en cómo dar mayor protagonismo a nuestros jóvenes internacionales y cómo fortalecer esa captación de los jugadores más pequeños -quizás afectada por la pandemia y por el tortuoso Convenio con la AFAC- mientras esperamos el éxito del Depor Femenino, celebramos el de los Juveniles y, en especial, brindamos por ese ascenso que ponga punto final a esta maldita pesadilla de la 2@B.