Volkswagen para la producción del Golf
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Volkswagen se ve obligada a detener la producción del Golf y de otro modelo clave
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Un problema que afecta a una economía de Volkswagen ya muy tocada
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La alternativa al Volkswagen Tiguan es más bonita y tiene un descuento bestial
La crisis de los microchips vuelve a golpear a la industria automovilística europea. Esta vez, el epicentro está en Volkswagen, que se ha visto obligada a detener la producción del Golf y del Tiguan en su histórica planta de Wolfsburgo. Una decisión inesperada que refleja el alcance de la disputa política y comercial entre Holanda y China, originada por la intervención del ministro neerlandés en la empresa Nexperia, ahora de capital chino.
Según medios alemanes, la producción se detendrá el 24 de octubre, afectando directamente a dos de los modelos más vendidos de la marca. El paro, que en principio será temporal, se extenderá hasta principios de la próxima semana, pero ya se calcula que miles de unidades se retrasarán en las entregas a clientes de toda Europa.
Vuelve la crisis de los microchips y pilla de lleno a Volkswagen
Desde Volkswagen se insiste en que se trata de una parada planificada y controlada, sin relación con los semiconductores. Sin embargo, otras fuentes en Alemania aseguran lo contrario: la causa estaría directamente vinculada a la interrupción de la cadena de suministro, provocada por el bloqueo de exportaciones tras la intervención política sobre Nexperia.
El conflicto estalló cuando el gobierno neerlandés destituyó al director de la compañía y tomó el control directo de una de sus plantas, algo que China consideró un ataque a sus intereses estratégicos. En represalia, Wingtech, empresa matriz china, retuvo el envío de microchips, afectando a toda la industria europea. Aunque Volkswagen no trabaja directamente con Nexperia, muchos de sus proveedores sí dependen de esos componentes.
Las consecuencias comienzan a sentirse. En Wolfsburgo, la marca planea reducir jornadas laborales y negociar medidas temporales para decenas de miles de empleados. La vuelta al ritmo de tres turnos que había recuperado hace unos meses volverá a ser historia.
El Golf y el Tiguan, parados
Para Volkswagen, el golpe llega en un momento crítico. El grupo alemán atraviesa una profunda crisis financiera y necesita mantener su producción para financiar un plan de inversión de 11.000 millones de euros hasta 2026. Menos coches fabricados significan menos ingresos y, por tanto, menos margen para competir en el mercado eléctrico global.
Mientras tanto, la tensión entre Holanda y China sigue aumentando. El ministro chino de Comercio, Wang Wentao, advirtió que el conflicto tiene un “grave impacto en la estabilidad de la cadena de suministro global”. La solución, admiten en Europa, no será técnica, sino política. Y hasta que llegue, Volkswagen y el Golf seguirán parados.