Slots & Daggers: la tragaperras más adictiva del calabozo
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Un roguelite diferente que combina azar, estrategia y soniditos gratificantes
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Peligros, monstruos y tiradas de suerte: la fantasía oscura nunca fue tan adictiva
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Slots & Daggers mezcla fantasía, roguelike y máquinas tragaperras
El género roguelike nos está dando una enorme cantidad de subgéneros y propuestas y parece que sus combinaciones y vueltas de tuerca no tienen fin. Hace ya más de un año que su original mezcla con el póker ofreció uno de los títulos más notables y exitosos del año: Balatro. Ahora llega un título que recuerda mucho al juego de localthunk, pero que ahora mezcla los combates por turnos típicos de los RPG con una mecánica de máquina tragaperras (slots). El indie Slots & Daggers, ya disponible para PC en Steam, sustituye los dados de rol por tiradas de una máquina tragaperras, con un adorable diseño pixelado y un gameplay de partidas rápidas y adictivas que te harán jugar una y otra vez.
Slots & Daggers es el primer proyecto en solitario del desarrollador Friedemann, tras el fabuloso Summerhouse, un juego que ofrece una experiencia sorprendentemente equilibrada, táctica y sobre todo, adictiva. Nos encontramos ante un roguelite que, lejos de limitarse a copiar fórmulas conocidas, las trastoca con mucha inteligencia. En lugar de recorrer mazmorras manejando a un personaje, aquí nos sentamos frente a una máquina tragaperras para librar combates contra monstruos, conseguir objetos mágicos y tratar de derrocar al malvado Lord Slother. ¿Suena extraño? Lo es, pero también es brillante.
Azar con estrategia: la fórmula mágica
Slots & Daggers es tan sencillo de entender como complicado de dominar. El bucle jugable gira (nunca mejor dicho) en torno a una mecánica de slots en la que seleccionamos tres ítems iniciales (como una espada oxidada o un escudo básico) y que podrán aparecer en cada uno de los slots. Con cada giro, el resultado activa ataques, defensas o genera monedas. Pero ojo: no todo es azar. La clave está en cómo gestionamos el pool de símbolos y su frecuencia.
A medida que avanzamos, desbloqueamos nuevos objetos (gracias a las monedas obtenidas en cada combate) que pueden aparecer en cada uno de los carretes de los slots: nuevas armas, ataques mágicos, objetos especiales y potenciadores. Estos últimos son ítems que aplican fuera de las ruletas aleatorias y que pueden otorgarnos habilidades pasivas o un objeto para utilizar en un turno concreto a voluntad. Aquí entra el elemento estratégico: podemos llenar el carrete con ítems poderosos, pero si abusamos, corremos el riesgo de tirar combinaciones inútiles y de reducir las probabilidades de que aparezcan los ataques o defensas importantes. O podemos centrarnos en adquirir modificadores, pero puede que las acciones de ataque y defensa de los slots se queden muy pobres de posibilidades.
Hay mucho que decidir antes de tirar de la palanca. Cada run nos obliga a pensar, planificar, y adaptarnos a los enemigos, todos ellos con fortalezas y debilidades propias. En realidad, la mecánica del juego no se aleja tanto de un RPG por turnos convencional, donde antes de tirar los dados hay que tomar ciertas decisiones, pero aquí tiene un toque completamente único gracias a su interfaz de casino medieval.
Aprender a perder: el alma roguelike
Como buen roguelite, morir aquí significa empezar de cero. Todo el equipo y mejoras conseguidas se pierden... excepto unas fichas de casino que vamos obteniendo con cada combate superado con éxito. Estas fichas son una moneda persistente que podemos gastar en unos modificadores permanentes con forma de chips que se pinchan en la máquina tragaperras y que ofrecerán ayudas y mejoras que aplicarán en las próximas partidas. Estas "vitaminas extra" permiten aumentar la resistencia frente ataques físicos o mágicos, aplicar curas de salud en cada turno, aumentar la fuerza de tus ataques, reducir el coste del uso de los potenciadores, aumentar la probabilidad de que salga un golpe crítico, comenzar el turno con un slot adicional...
Este sistema de progresión a largo plazo está muy bien calibrado. El juego incentiva repetir niveles en las primeras horas para fortalecernos, pero sin que resulte tedioso. Y es que las partidas se resuelven en minutos. Y cuando por fin vencemos a un enemigo que antes parecía invencible, la satisfacción es total y las recompensas, cuantiosas.
Mención especial merecen los quick time events que algunas armas y objetos incorporan para activarse, lo que añade un "factor de habilidad". Son muy difíciles de acertar, pero añaden una capa adicional a un sistema que, en teoría, depende del azar. Slots & Daggers juega constantemente con esta tensión entre lo que podemos controlar y lo que no.
Minimalismo visual y un sonido hipnótico
Gráficamente, Slots & Daggers no busca deslumbrar, sino enfocar. El diseño es sobrio, con una estética retro y pixelada de tonos oscuros que nos obliga a fijarnos en lo importante: el enemigo y la máquina. Cada criatura tiene una silueta reconocible y un movimiento característico, lo justo para mantenernos atentos sin saturar la pantalla. Pero todo en el diseño de la propia tragaperras, en los ítems y en los efectos de ataques, golpes y magias resulta adorable.
Las animaciones, aunque sencillas, transmiten una sensación muy física: el golpeteo de las monedas, la vibración de la máquina, el impacto de un hechizo bien lanzado… Todo tiene peso. Friedemann ha sabido capturar la esencia de las tragaperras físicas y llevarla a un contexto fantástico sin que resulte ridículo. Te imaginas perfectamente aun trasgo o a un enano sentado en una taberna, echando unas cuantas monedas a la máquina mientras apura su jarra de cerveza.
La banda sonora es atmosférica, pero pasa a segundo plano frente a unos efectos sonoros especialmente cuidados. El "clink" de las monedas cayendo en la bandeja, el zumbido de la máquina al girar o los sonidos de los ataques (mágicos o físicos) ayudan a crear una sensación constante de que estamos tirando de una palanca física y de una máquina real, real pero mágica. Cada giro suena a posibilidad. Cada victoria, a recompensa. El sonido es realmente lo que aporta el carácter más adictivo a la mecánica del juego.
Esta atención al detalle convierte cada sesión en algo inmersivo. Es fácil perder la noción del tiempo y pensar "una tirada más" durante horas.
Duración: lo bueno, si breve…
El modo campaña puede completarse en unas cinco o seis horas, dependiendo de la pericia y de la suerte. Puede parecer poco, pero la rejugabilidad está ahí: un modo arena que desbloquear, la opción de comenzar de cero…
Sin embargo, es cierto que desbloquear casi todas las herramientas en apenas hora y media deja una sensación agridulce. Slots & Daggers deja con ganas de más, y aunque su precio reducido (tan sólo cuesta 5,59€ en Steam) lo hace fácil de recomendar, esperamos futuras actualizaciones que amplíen su contenido. Más mapas, más mazmorras, más ítems y herramientas y más máquinas.
Conclusiones de Slots & Daggers
Slots & Daggers es una pequeña joya indie que se atreve a combinar dos mundos aparentemente opuestos: las tragaperras y los RPG tácticos con una dinámica roguelite. Su propuesta es fresca, original y sorprendentemente profunda. No todo está al azar: hay que pensar, optimizar, y sobre todo, disfrutar de cada tirada de palanca.
Puede que se quede corto en contenido o que algunas decisiones del sistema de mejoras sean discutibles, pero cuando el núcleo jugable es tan adictivo, se le perdona casi todo. Si eres fan del género roguelite o quieres probar algo muy diferente, este título te atrapará como una tirada ganadora en Las Vegas medieval.
Lo mejor:
- Mecánicas adictivas que mezclan azar y estrategia con mucha elegancia
- Progresión bien calibrada con mejoras permanentes
- Presentación cuidada: estética, sonido y feedback.
Lo peor:
- Contenido algo escaso: se desbloquea casi todo muy rápido
- La historia es anecdótica (aunque no es el foco del juego)
80/100