Dispatch, el ave fénix de los restos de Telltale compone una obra maestra
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El cast, la animación, el guion, el universo...todo supera las expectativas
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Un superhéroe sin poderes llamado Robert Robertson III, ya sólo esa frase es una carcajada hueca que activa la idea detrás de un juego como Dispatch. "La nefasta historia de cómo me convertí en superhéroe” es sólo una parte del viaje de uno de los títulos más inesperados del año en la cima de la industria. Porque esta genialidad de AdHoc Studio puede sentarse en la mesa con cualquier pretendiente a los GOTY 2025.
La composición de Dispatch es la de un unicornio dentro de los videojuegos por su producción, una serie que acabó con un mando en las manos y un triunfo excelso. Por eso es extraño revisitar el juego desde el análisis cuando las ventas van como un tiro y más de un millón de usuarios lo han jugado. Y aún hay demasiado por exprimir.
Dispatch nace de la necesidad de cuatro extrabajadores de Telltale Games por llevar la fórmula a otro lugar, de ahí la fundación de AdHoc Studio. La idea de un superhéroe acabado que ayuda desde una centralita a un grupo de villanos arrepentidos estaba planteada como una ficción televisiva, pero en pleno COVID el proyecto dio un vuelco. Nick Herman, Michael Choung, Dennis Lenart y Pierre Shorette aprovecharon su experiencia en juegos episódicos narrativos para darle otra vuelta de tuerca más a la propuesta...y funciona como un tiro.
Dispatch recrea la historia de Robert Robertson III, un hombre encerrado en la obligación de mantener el estandarte de ser un superhéroe sin tener poderes. Su padre y su abuelo manejaban a Mecha Man, un robot gigantesco que luchaba contra el mal...pero el destino le ha colocado lejos de la máquina. Ahora trabaja en una oficina intentando reconducir a un grupo de villanos que intentan buscar una nueva vida.
Cuando todo sale mal, Dispatch funciona. Es la historia de personajes acabados con una última oportunidad, un drama encerrado en la brillantina del humor, la torpeza, el amor y la amistad, aunque desde ángulos tan atractivos que es imposible dejarlo pasar. En cada episodio he vuelto atrás para volver a recrear la historia, para rejugar el episodio con la otra trama, y cada vez me volvía más loco pensando en las respuestas futuras. Y es extremadamente divertido, mucho más que lo satisfactorio de las respuestas, al menos en el cierre.
Hay auténticas genialidades como el control de la música sobre la pantalla. Hay momentos donde, dependiendo de las decisiones tomadas en capítulos anteriores, suena una u otra banda sonora según los sentimientos del personaje en ese instante, y obviamente cada uno de esos destellos tiene una repercusión en el jugador y en la historia.
Ese nivel de detalle es sólo una pieza de un puzle compuesto para entretener, porque Dispatch se vende como una comedia. Tiene aspectos sangrientos como The Boys o el estilo visual de Invencible, pero crece en el aspecto emocional desde la perspectiva cinematográfica, clave en juegos de este tipo donde hay que elegir un único camino. Y ahí es donde brilla Dispatch.
La jugabilidad de Dispatch
La toma de decisiones es el primer desvío diferencial con una serie de televisión, pero el aspecto jugable está en la gestión del grupo. La base del juego es saber seleccionar qué héroes tienen que hacer determinadas misiones según sus características. Carisma, Fuerza, Combate o Velocidad son algunas de las estadísticas de cada uno, pero además de eso hay habilidades activas y pasivas por descubrir.
El manejo del grupo es especialmente divertido no sólo por la mejora de atributos o el acierto, sino porque la trama nunca para. Los superhéroes siguen hablando todo el rato, comentan las misiones entre ellos según los seleccionas y hay sinergias muy entretenidas. Y esa es la clave de todo, el match con el jugador para asentar las bases de algo que conecte con él. Porque es muy fácil pasar la línea de las misiones, pero es aún más atrayente.
El único punto extra lleva el juego a una especie de puzle puntual para que tú, como gestor, ayudes desde la oficina al grupo. Una forma de piratear luces, cámaras o dilemas similares que tiene una dinámica simpática que evoluciona con el paso de los episodios.
Mi mejor recomendación es que lo he jugado y después lo he enseñado a colegas y en casa para vivirlo de otra manera y ver respuestas alternativas. El guion es fantástico. No es retorcido como The Boys, pero tiene algo de eso. No es tan violento como Invincible, pero no esconde la sangre, y es tan adulto como real.
Conclusiones de Dispatch
Dispatch es emocional cuando toca serlo, es dura, divertida, inesperada, es sangrienta, y es imposible saborearla de un sólo sorbo. La mezcla de jugabilidad con la toma de decisiones en los vídeos es sorprendentemente adictiva. Funciona más de lo esperado, es algo tan natural que sabe a poco. Y el lanzamiento episódico ha ayudado, porque es una adicción que recuerda al mejor Telltale.
Quizás la conversación del GOTY es complicada en un género que nunca ha atacado de frente a la industria para poner en jaque a los grandes. Telltale nunca ha estado cerca a pesar de introducir un género en la vanguardia, pero el punto no está ahí. Sino en que alguien ha sabido leer esa necesidad para llevarla al siguiente nivel. Y cuando la historia está por encima de todo, funciona tan bien que asusta.
Aaron Paul borda a Robert Robertson porque el borde de cada escena está personificado en ese desastre de ser humano en el que se convierte el personaje. Es fácil conectar con el mundo y cada plano te transmite una cosa diferente. No dejo de estar enamorado con final del primer episodio, una sencilla composición de ese estudio habla del nivel de detalle y del cuidado del entorno.
Una casa vacía, un perrete adorable sobre su dueño, los cereales, el mecha y Robert. Un círculo desde la primera escena que evoluciona hasta romperse en el sexto episodio y en el tramo final de Dispatch. Es un conjunto que compone al personaje en su entorno, y lo que es mejor, una serie hecha videojuego que ha sabido adaptarse para funcionar con una premisa brillante.
El cierre del círculo de este tipo de juegos es cuánto impacto hay detrás de cada decisión en la historia final. Hay múltiples variantes, más o menos relevantes, pero sin duda casan con las elecciones a varios niveles. Quizás la continuidad, el grupo, el cast y el estilo definen más el juego que el cierre, demasiado típico para lo rompedor que es el juego desde la trama. Pero eso no le quita ni un ápice de valor a Dispatch para ser uno de los títulos del 2025.
*Título jugado en PS5
Lo mejor
- La mezcla perfecta de guion, personajes, reparto y animación. Es un cóctel perfecto
- La integración de la trama en las distintas variables tras la toma de decisiones
- La cinematografía del producto y su conversión ideal a videojuego
Lo peor
- La ausencia de repercusiones negativas en la gestión jugable, la dificultad es muy baja
90/100