Razer Cobra Pro: un ratón compacto pero grande en prestaciones
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Un nuevo aspirante a icono para setups ligeros con un diseño pequeño pero con funciones de gama alta
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Cuando sacamos de la caja un ratón gaming y sentimos que encaja de inmediato, sabemos que aquí tenemos algo especial. Con el Razer Cobra Pro me ocurrió justo eso: es ligero, compacto y con una ergonomía pensada para movimientos rápidos y precisos.
Razer nos tiene acostumbrados ya a varias gamas de ratones de gaming cargadas de prestaciones de alta gama y diseños para todos los gustos (la gama Deathadder, de la que analizamos hace poco el modelo V4 Pro, acumula una legión de seguidores en todo el mundo) pero todavía es capaz de lanzar un nuevo modelo que apunta a un perfil de jugador concreto. Cobra Pro intenta situarse en un punto medio curioso: la versatilidad total dentro de un cuerpo pequeño. Y lo consigue, vaya si lo consigue.
En las manos, el primer impacto con este Razer Cobra Pro es claro: 77 gramos bien equilibrados y un diseño simétrico pero con botones laterales únicamente en la izquierda, lo que delata que, aunque coquetee con lo ambidiestro, apunta principalmente a usuarios diestros. No es un ratón orientado a palmas grandes o a quienes descansan toda la mano sobre el cuerpo; este es un ratón para moverlo, levantarlo, deslizarlo, repetir. Y ahí brilla.
Diseño y ergonomía: compacto, cómodo y ágil
Razer no se ha complicado con formas extravagantes. El Cobra Pro mantiene líneas limpias en un tamaño muy contenido: 119,6 mm de largo, 62,5 mm de ancho y 38,1 mm de alto. Estas medidas lo colocan por debajo de otros modelos competitivos, como el Viper V2 Pro o el DeathAdder V4 Pro, lo que lo convierte en una opción perfecta para quienes piensan que la mayoría de ratones de gaming son demasiado grandes para sus manos.
Los laterales incluyen grips de goma bien integrados en el chasis, lo que facilita los reajustes rápidos en juegos tipo FPS. La superficie, en plástico mate, evita huellas y aporta firmeza; mientras, la rueda —con 24 pasos fijos— ofrece resistencia media, aunque aquí encontramos una de las pocas ausencias que pesan: no hay personalización del tacto ni modo free-spin. Si vienes de modelos con rueda ajustable, lo notarás enseguida.
En cuanto a construcción, ni una pega a pesar de su tamaño y peso. El scroll no baila, los botones principales tienen un recorrido limpio y los pies de PTFE garantizan un deslizamiento suave incluso en alfombrillas desgastadas. La sensación general es la de un ratón cuidado, pensado para competir y durar.
Sensor y rendimiento: precisión quirúrgica con el Focus Pro 30K
Aquí Razer juega sobre seguro: el Cobra Pro integra el sensor tope de gama de la compañía, el Focus Pro 30K, capaz de llegar a 30.000 DPI, con 750 IPS y 70G de aceleración. El sensor responde con una limpieza que recuerda a la de modelos más caros y, sobre todo, más orientados al eSport puro. La posibilidad de personalizar la distancia de despegue con hasta 26 niveles es de lo más útil: permite afinar el comportamiento del ratón al milímetro, algo que apreciarán quienes levantan el ratón constantemente.
Los interruptores ópticos Gen-3 también aportan lo suyo. Con 90 millones de clics de vida útil, son rápidos, nítidos y fiables. Los laterales tienen un tacto algo menos ‘clicky’, pero siguen siendo precisos. No hay activaciones fantasma ni pequeñas holguras, algo importante en un ratón que apuesta por la agilidad.
Curiosamente, su peso, ligeramente superior al de los ultraligeros extremos, aporta un plus de control en movimientos largos o en rastrear objetivos de derecha a izquierda. No es algo que perjudique la velocidad, pero sí mejora la sensación de detener el movimiento justo donde quieres.
Conectividad y autonomía
La conectividad del Cobra Pro es uno de sus grandes argumentos. Permite usarlo por cable USB-C, por Bluetooth y por 2.4 GHz mediante HyperSpeed. Esta última es, sin duda, la opción que querrás para jugar, porque la latencia es prácticamente inexistente. El Bluetooth, en cambio, resulta útil para trabajar desde un portátil o para viajar, y la posibilidad de pasar de una conexión a otra sin complicaciones convierte al Cobra Pro en un buen ratón híbrido para quienes alternan entre ocio y trabajo.
La autonomía acompaña muy bien: Razer promete hasta 100 horas en 2.4 GHz y 170 en Bluetooth. Las cifras reales varían en función de la iluminación, que si se pone al máximo consume batería rápidamente, pero la función Smart Dimming —que atenúa el RGB cuando mueves el ratón— ayuda a arañar horas que se agradecen. Además, la base del ratón incluye un compartimento para guardar el dongle, una solución práctica si sueles transportar tu equipo.
Personalización: mucha libertad… con Synapse 3
Como es habitual en Razer, la personalización se articula a través de su software Synapse 3. Desde ahí podemos reasignar botones, crear macros, ajustar DPI, modificar la distancia de despegue, calibrar superficies, configurar Hypershift y sincronizar el ratón con el resto de tu ecosistema Chroma RGB.
El Cobra Pro cuenta con 10 controles personalizables (si contamos desplazamientos de rueda y botones inferiores), aunque en un uso real la cifra útil suele rondar los siete. No es un ratón para MMOs o MOBAs, pero sí permite crear perfiles específicos para shooters, RPGs o productividad. Cambiar de perfil es tan sencillo como usar el botón de la base, lo que elimina la necesidad de abrir Synapse constantemente. La iluminación RGB es uno de los puntos más llamativos: 11 zonas, incluyendo una banda inferior que genera un efecto underglow espectacular.
Conclusiones
El Razer Cobra Pro es un ratón que sorprende por cómo combina un tamaño compacto con funciones propias de la gama más alta de Razer. Su sensor es impecable, su ergonomía favorece los movimientos rápidos y su conectividad lo hace útil tanto para jugar como para trabajar. La iluminación, además, aporta ese punto de personalidad que siempre esperamos en un periférico gaming moderno.
No es el más ligero, tampoco el más barato ni el más completo en botones. Pero es ágil, cómodo, práctico y bonito; y a veces, esa combinación es justo lo que necesitamos.