Escudé y el embrujo de la ciudad de Sevilla: "Tiene mucho peligro"

Julien Escudé no es sino otro de esos extranjeros que llegan a Sevilla y quedan fascinados. El exfutbolista francés arribó a la capital andaluza en enero de 2006, hace casi 20 años, para formar parte del mejor equipo de la historia del Sevilla FC, un rodillo que fue capaz de levantar varios títulos en pocos meses y, además, ser considerado como el mejor equipo del mundo dos años consecutivos.

Pero no solo de fútbol vive el hombre, y Escudé recuerda que quedó fascinado cuando llegó a la ciudad y, con el paso del tiempo, fue conociendo sus profundidades. “Tiene mucho peligro Sevilla. La suerte que hemos tenido nosotros los extranjeros es que no la conocíamos de antes. Hemos tardado dos o tres años en entrar de lleno a lo que es la vida sevillana. Un español aterriza y a los dos meses se está ya volviendo loco. Conoce el idioma y la cosa vuela”, recuerda entre risas el exdefensor sevillista en Palabra de Fútbol, espacio de esta casa.

Para el galo, la gran virtud de la ciudad es “la pasión”, la forma en la que el sevillano vive sus cosas, desde sus tradiciones hasta, como no, la pelotita rondando por un campo de fútbol. “La gente vive de otra forma. Pasional para todo. La religión, el flamenco, los toros, el fútbol, la vida. Y eso es muy bueno para el ser humano, por tener sentimiento, por hacer lo que te gusta”.

El presentimiento de Escudé

Escudé destaca también el tamaño de la ciudad, y dentro de todo, la rivalidad Sevilla-Betis que la hace tan especial. “Cuando tú entras de lleno en una ciudad que no es muy grande, pero tampoco muy pequeña, que después el clima ayuda mucho, tiene una gastronomía, tiene dos equipos que pelean dentro de esa ciudad”, explica.

“Cuando llegué, yo estaba en Holanda y la gente me decía, ¿seguro Sevilla? Y yo, sí, no sé por qué, un feeling. Yo dije Sevilla, yo creo que es la ciudad donde más me voy a sentir cómodo dentro de mi profesión futbolística”, concretaba Escudé en su conversación con Rafa Mainez.