Más bonito que el Toyota Yaris Cross, también japonés y, para muchos, mejor

El Lexus LBX se posiciona como una propuesta más sofisticada dentro del segmento de los SUV urbanos, con una clara intención de diferenciarse del Toyota Yaris Cross, modelo con el que comparte plataforma y sistema de propulsión híbrido. Con 4,19 metros de longitud, este crossover compacto de Lexus destaca por una estética más elaborada, tanto por fuera como por dentro, apostando por un enfoque más exclusivo y refinado.

Lo destacable en este caso es que, aunque ambos modelos recurren al mismo motor 1.5 de tres cilindros con tecnología híbrida no enchufable, el LBX se desmarca por el tratamiento premium que recibe en todos sus apartados. El habitáculo muestra una notable mejora en materiales, ajustes y diseño respecto a su equivalente en Toyota. La digitalización del cuadro de instrumentos, una consola central más estilizada y la mayor atención al detalle elevan la percepción de calidad general, algo fundamental en el universo Lexus.

Además del diseño, el LBX ofrece una conducción más orientada al confort, con una posición de conducción más baja y un aislamiento acústico mejor trabajado. Esto refuerza su carácter urbano, donde se mueve con soltura gracias a unas dimensiones contenidas y una buena maniobrabilidad. Sin embargo, ese planteamiento más estético y emocional implica algunas concesiones en términos de espacio interior y maletero respecto al Yaris Cross, que sigue siendo más funcional en este aspecto.

Dos enfoques de un mismo punto de partida

El Yaris Cross apuesta por una fórmula más práctica, con una configuración pensada para optimizar el espacio y la versatilidad. Su enfoque resulta especialmente eficaz para quien prioriza la funcionalidad en el día a día, con una zaga más aprovechable y una mejor visibilidad posterior. Frente a esto, el LBX responde con un diseño más elaborado y un ambiente más exclusivo, a costa de un precio de partida notablemente más alto.

Cabe destacar que Lexus ha querido captar a un público que busca distinción sin renunciar a la eficiencia y manejabilidad de un SUV pequeño. Por todo ello, el LBX no solo es más bonito para muchos, sino también una opción diferenciada que interpreta el mismo concepto desde una perspectiva claramente más aspiracional.