Un camarote con vistas
Es posible que con el paso de las horas uno se siga echando las manos a la cabeza por cómo se perdió el partido en Montilivi. Es posible que la imagen que haya quedado sea la de una segunda parte donde los 20 minutos desquiciaron a los rojiblancos. No nos engañaremos si pensamos en que es el Sporting de casi toda la temporada.
Es cierto que el que le quiera buscarle defectos al Sporting en ese segundo tiempo los va a encontrar. Ese pasito atrás a partir del minuto 10 de la segunda parte, la ausencia de cambios hasta que no llegó el empate, o el origen de los problemas de Canella con Ramalho en la banda izquierda. Con Carmona atacando como media punta, el mallorquín tenía la obligación de defender en la banda, pero con tanta pérdida de balón parecía perdido entre ambas posiciones. Seguro que sirve de mucho ver los errores, pero la mejor terapia es sacarle brillo al primer tiempo. Extraordinario.
Sinceramente creo que el Sporting perdió en Girona porque dejó de hacer algunas de las cosas que estaba haciendo bien en la primera parte. Esos primeros 45 minutos del conjunto de Sandoval es lo mejor que se ha visto en años. Y digo bien, en años, no sólo en esta temporada. Hace mucho tiempo que no se apreciaba un equipo con tanta hambre, con una presión a la salida del balón del equipo contrario, con tanta capacidad para generar acciones de peligro y con tantas oportunidades casi siempre desbaratadas por Becerra. Porque no nos engañemos, no fallaron Scepovic, Carmona o Nacho Cases. Acertó Isaac Becerra, un portero que ya demostró sus cualidades en el Play Off de ascenso la temporada pasada en Alcorcón.
Si el encuentro de Montilivi deja una conclusión es que el Sporting puede jugar muy bien al fútbol, y jugando así se puede apostar por el ascenso. La titularidad de Nacho Cases significa la aparición de un centrocampista que mira hacia adelante, con Carmona partiendo desde la banda y apareciendo por el centro como hace Cani en el Villarreal, y con Alex Barrera mirando a portería y no jugando de espaldas. Un Sporting autoritario, valiente, seguro, peligroso e inconformista. Si la primera parte no terminó 0-3 fue por culpa de Becerra. Sólo había que insistir en la segunda parte. E insistir en la próxima jornada ante Las Palmas. El Sporting ha demostrado que tiene calidad y que puede jugar al mejor nivel que imaginamos. Y eso hay que destacarlo, aplaudirlo y fomentarlo aunque sea después de una derrota. Lo demás suena a excusa que no conduce a ningún sitio. Si el Sporting es el de la primera parte, yo me subo al barco. Y con camarote con vistas.