Qué 'linces'...
La actuación de Santos Pargaña el pasado domingo en El Molinón fue un esperpento. Da la impresión que el colegiado andaluz tenía la intención de lucir su determinación e ‘imparcialidad’ en un gran partido, con 18.000 personas en El Molinón y con las cámaras de Canal Plus en directo. Tal fue su ambición que terminó haciendo el ridículo y dejando en muy mal lugar al Comité de Designación que integran López Nieto, Puentes Leira y Vitoriano Sánchez Arminio. Unos linces...
Y es que más allá de la tragicomedia de Santos Pargaña, que en su afán por lucirse solo tuvo ojos para ver las ‘infracciones’ rojiblancas, resulta imposible entender los motivos por los cuales el Comité de Designación vio en Santos Pargaña al árbitro oportuno para dirigir un partido como el Sporting - Zaragoza. Un colegiado, debutante en la categoría a pesar de haber sido descendido a Tercera División en 2010, que tiene debilidad por ser el protagonista de los partidos, obviando la importancia de estos o la categoría en la que se jueguen. Da igual.
Así, tras dejar su imborrable huella en la Tercera División andaluza, así como en Segunda B (que se lo pregunten al Tenerife), Santos Pargaña fue premiado con el partido más importante de su corta y ruidosa trayectoria. Estos fueron quizá los motivos por los que el Comité de Designación eligió a Santos Pargaña, en una prueba evidente de lo mal que hacen su trabajo.
Y quiero pensar que lo hacen mal, porque no creo en las conspiraciones, aunque el propio Sandoval reconociera en rueda de prensa que el Sporting ya se había quejado en Madrid por los arbitrajes que venía sufriendo. Así, visto lo visto, quizá mejor no protestar… que luego viene Santos Pargaña.
Dejando a un lado el ‘numerito pargañés’, lo que queda claro es que el Comité de Designación debería reconocer su error y sancionar a este árbitro de gran iniciativa a la hora de interpretar el reglamento, como bien prueba los 3 minutos que añadió tras cuatro expulsiones, 6 cambios y el parón por el penalti en la segunda parte. Sin duda, un fenómeno...
Y la pena, además de la derrota, es que el Comité de Designación no se sancione a sí mismo por designar a un árbitro sin conocimientos ni la personalidad adecuada para dirigir partidos de fútbol profesional. En este deporte, como en todos, los protagonistas son los que juegan. Por ello, experimentos no, por favor.