Estos guajes son irrepetibles
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'El Pitu' avisó en la rueda de prensa previa al choque que a "ilusión y ganas" el Real Madrid no les iba a pasar por encima como muchos sospechaban. Dicho y hecho, un gran Sporting de Gijón consiguió parar al equipo de Rafa Benítez gracias a un gran trabajo de todos los jugadores que pisaron el verde y que fueron solidarios en las ayudas defensivas para frenar al temible ataque blanco.
No fue la noche de Cristiano Ronaldo, tampoco James o Bale, el Sporting de Gijón consiguió que la afición reviviese aquellas tardes de gloria que los Quini, Ferrero y Joaquín protagonizaron ante los grandes. No hay techo para estos jóvenes futbolistas que no le temen a nada ni a nadie. Hicieron lo que pudieron ante uno de los favoritos para hacerse con el título liguero y lograron callar las bocas de los agoreros que esperaban una goleada en el Templo.
Resulta injusto destacar a un hombre por encima del resto, a pesar de las grandes intervenciones de Cuéllar y el gran partido de Carlos Carmona, porque cada uno hizo lo que tenía que hacer para que el Real Madrid no se llevara los tres puntos de Gijón.
La primera parte fue todo un espectáculo de desgaste físico por parte del Sporting. Se luchó cada pelota y el centro del campo, formado por Cases y Sergio, ahogó a Modric y Kroos, que no estuvieron cómodos sobre el terreno de juego.
Debutó Sanabria y casi lo hace a lo grande. Un cabezazo suyo se estrelló en el larguero y el balón estuvo muy cerca de sobrepasar la línea de gol cuando votó sobre la línea de cal, pero el colegiado acertó en no conceder el gol en una jugada que quedará para la polémica.
En la segunda mitad, los blancos se sintieron más cómodos porque el bajón físico de los rojiblancos permitió a los hombres de Benítez tener más espacios en ataque. Aún así, ningún rojiblanco bajó los brazo y consiguieron sumar el primer punto de la temporada ante un Real Madrid que se va con un mal sabor de boca de Gijón.