La matrícula en el Anxo Carro, para la afición: nueva lección de fidelidad
El Real Oviedo no pudo regalarle una alegría a su afición en la visita del equipo al Lugo. El cuadro azul volvió de vacío y testigo de ello fueron los más de mil fieles que se dieron cita en las gradas del Anxo Carro. Todos disfrutaron desde primera hora con el gran ambiente y el colorido, una alegría que se vino abajo tras la derrota de su equipo, que los instala aún más en las posiciones de descenso.
Si alguien se merece una matrícula de honor en el Anxo Carro esa es la afición del Oviedo, que volvió a mostrar su fidelidad al color azul en una nueva lección de señorío y de fe. Desde primera hora de la mañana, las camisetas del conjunto carbayón fueron inundando las calles de Lugo antes del inicio del encuentro a las 12.00 horas.
Se vivía un gran ambiente en la ciudad y en los aledaños del estadio con los más de mil aficionados desplazados desde la ciudad ovetense. Todo fueron ánimos, cánticos y alegría hasta que El Hacen se encargó de desequilibrar la balanza en los primeros compases de juego y tras una primera parte en la que su equipo fue incapaz de hacer daño al Lugo.
La situación cambió en la segunda parte. El Oviedo lo intentó y tuvo oportunidades para sumar, pero fue imposible. Ni el aliento de la hinchada sirvió para que llegara el empate. El equipo de Ziganda suma una nueva derrota -el día de su estreno en el banquillo- y deja una sensación muy agria entre sus aficionados, que volverán a casa con la derrota en el bolsillo, aunque deben levantar la cabeza con orgullo por todo el apoyo brindado a su equipo en este partido.
Desde las gradas, es el único camino a seguir para ayudar al Oviedo a intentar cambiar de rumbo más pronto que tarde.