El susto de Txopi en La Florida

Este Amurrio no es el de la temporada pasada. Nos ofreció un avance derrotando, en su feudo de Basarte, al Besasin, equipo vagonero que arrolló al Portu en el último partido liguero del pasado ejercicio. El Portugalete, que llegaba a Loinaz en segunda posición, salió despedido fuera de los puestos de play off.

Allá por Navidades, invitado por su presidente, Jauregi, asisti a aquella derrota, cero a uno, frente al Santutxu de Marquitos que me sirviera para escribir un artículo, 'BASARTE', a  insertar en ElDesmarque Bizkaia, y un reportaje que vio la luz en el precioso boletín quincenal que el Club del valle de Aiala edita con todo lujo de detalles.   Aquel Amurrio que yo vi no este que se ha llevado un punto de La Florida y al Portu le ha quitado dos. Los de Aitor Calle tuvieron el balón y el tiempo, pero no así los espacios. Ordenado. Tácticamente rozando la perfección. Todo ello en labores defensivas. En ataque apenas se dejaron ver los blanquiazules. Vinieron a proteger el punto de la Federación y lo conservaron en buena lid.  Al Portu le falta rodaje para el acople de las piezas y para que Aitor Calle termine por imponer su ideario de cara a una afición, como la jarrillera, muy exigente. Al partido le faltó vistosidad y virtuosismo, y le sobró la lesión de Angel Gandara 'Txopi', ex arenero que se estrenaba luego de purgar el partido de castigo a causa de las cinco amarillas que acumuló al final de la pasada liga.
  Hoy era su día. Su mañana. Su partido. Con galones de capitán. Por delante de la defensa. Guardando las espaldas de Ukerdi Corres y el 'deseado Gabri', que conformaban el doble medio centro. Apenas había empezado a rodar el balón cuando, a la altura de la medular, Txopi se apoderó del esférico. Lo conducía cuando, por detrás, un rival lo zancadilleo.   No fue aparatosa la entrada. Pero si lo suficientemente inoportuna como para que, perdido el equilibrio, el mediocentro con raíces en la salmantina Sierra de Candelario cayera al suelo sin opción de usar las manos para el aterrizaje. Se venció su cuerpo a la derecha siendo el hombro del mismo lado el que soporto el peso de su cuerpo.  Nadie intuyo la gravedad del infortunio. De ahí que ni sus compañeros, ni el árbitro, ni el Amurrio tirara el balón fuera. Finalmente, ante lo insistente del dolor provocado por el daño de la caída, el colegiado mando a parar. Saltaron las asistencias. Lo atendieron. Lo retiraron. Y, ya junto al banquillo, saltaron todas las alarmas. Más vale prevenir que...

Fue entonces cuando, con vendajes y esparadrapos, el segmento derecho del cuerpo de Txopi fue inmovilizado de manera aparatosa. Y se retiró camino de los vestuarios ante esos aplausos de la tribuna que buscan generar en el futbolista consuelo.  Antes, mientras Txopi apoyaba su cuerpo contra la grada, me acerqué hasta el para acariciar su cara y darle un par de besos, y regalarle unas palabras cariñososas. Regresé a mi sitio en la tribuna impregnado de sudor. El sudor de Txopi. Un hombre herido que me acababa de confesar: "Me lo he roto, me lo he roto". Su diagnostico me dejó tocado. A las doce les envié un mensaje a su wasap: "Sabes que me tienes a tu lado. Un fuerte abrazo. Luis".  A las 13:50, ya desde mi casa, me volví a interesar: "¿En qué ha quedado todo? Espero lo más leve dentro de lo posible: un trébol irlandés de cuatro hojas y un balón de fútbol.
  A las 14:48, sonó mi wasap, era el, quería darme a conocer el parte médico: "Luisito, tío!!  dentro de lo malo lo mejor... subluxación de clavícula. Muchas gracias por preocuparte. Dos caritas regalando sendos besos".  "Me alegro un montón. De corazón. Un accidente. Tú lo sabes. Una mala caída. Muy contento me dejas. Tenme al tanto. He visto muy buenos jugadores. El trabajo dará frutos. BESARKADA' BAT".  Fue así como termino nuestro cruce de palabras. Levante la vista del IPod y me puse a ver la etapa de Sierra Nevada. Aquella Sierra tan andada. Aquella Granada tan caminada. Aquella capital tan paseada. Su catedral. Zumo de naranja y una rueda de churros con chocolate. Aunque sea verano.
  Granada bien vale subir hasta el Albaicin para sentir los mágicos momentos de la vida. Desde la tranquilidad que a ella y a mí nos da saber que lo de Txopi, luego de la alarma, es 'el mal menor' que siempre se desea cuando la lesión es incontestable. Nos vemos en el Calvitero, Txopi. En Candelario. Esa tierra de tus mayores. Recupérate. El Portu te necesita para que seas el guardián del tesoro de un ascenso.
Por Luis María Pérez, 'Kuitxi'. Futbolista, periodista, montañero, pero sobre todo escritor: cuentos, relatos, cronicas, artículos radiofónicos, literatura de viajes. 

@LuismaPrezGartz