"Por el río Nervión bajaba una gabarra"... hace 35 años

En una temporada sin alegrías que llevarse a la boca, es inevitable pensar que el pasado fue mejor y rememorar épocas en las que el Athletic Club llenaba de títulos y trofeos sus vitrinas. Este 3 de mayo nos trae a la memoria una jornada difícil de olvidar para los que vivieron, vivimos, aquel paseo triunfal de la gabarra por la ría, con el Athletic de Javier Clemente a a bordo celebrando el título de Liga de 1983.

Dos días antes, el 1 de mayo, el conjunto rojiblanco lograba en el Insular el ansiado título de campeón de Liga, por séptima vez en su historia, con sus goleada (1-5) frente a la UD Las Palmas, unida a la inesperada derrota del Real Madrid frente a un Valencia que se jugaba la permenencia. Habían pasado 27 años desde que el mítico Piru Gainza levantase ese trofeo y diez desde que el Athletic no saboreaba ningún título. El éxtasis estalló en Bilbao y en toda Bizkaia.
El millón de personas que se dieron cita aquel 3 de mayo a ambas orillas de la Ría fueron fiel reflejo de aquella alegría desbordada. La gabarra número 1, rebautizada ese año como Athletic Club, se convirtió en símbolo de los éxitos rojiblancos.
Los jugadores de Clemente partieron de Las Palmas sin idea de lo que les esperaba en Bilbao. El Athletic salió del club Marítimo de Las Arenas a las cuatro de la tarde arrastrado por el remolcador 'Amaya' y emprendió la marcha hacia el puente de San Antón acompañados por la Sotera, la Bizkaitarra, Isuntza y el resto de traineras vizcaínas además de un sinfín de gasolinos, remolcadores, balandros y botes.
A los lados de la Ría, toda la escala social de aquella Bizkaia sacudida por la reconversión industrial: los trabajadores de Altos Hornos en la margen izquierda, los trabajadores de Astilleros saludando desde el 'Guadalupe Victoria II', los niños, que este 3 de mayo día tuvieron fiesta escolar y los universitarios, que declararon la 'huelga del aliron'; todos ellos viviendo algo que nunca se había visto hasta entonces. Tres horas de trayecto hasta el Punte de San Antón que forma parte de la historia rojiblanca y perdurará en la memoria de aficionados y jugadores para siempre.