Llegan los cuartos de la Copa del Mundo de Rugby Japón 2019
Este próximo fin de semana se juegan los cuartos de final de la Copa del Mundo de Rugby Japón 2019, siendo los cruces los siguientes: Inglaterra – Australia (sábado 19, 9,15 horas); Nueva Zelanda – Irlanda (sábado 19, 12,15); Gales – Francia (domingo 20, 9,15 horas) y Japón - Sudáfrica (domingo 20, 12,15 horas).
Es decir, de nuevo tenemos al hemisferio norte enfrentado al hemisferio sur, pero esta vez con superioridad de los norteños, 5 frente a 3, a diferencia de la anterior Copa del Mundo en la que hubo paridad, y ello porque la selección sorpresa, relativa, pero sorpresa al fin y al cabo, la anfitriona Japón, geográficamente pertenece al hemisferio norte.
La primera fase del Torneo ha estado salpicada por críticas a los arbitrajes por parte de algún seleccionador como por ejemplo Cheika de Australia, que han suscitado cierto ruido mediático, motivadas principalmente por el desconcierto en la aplicación de las nuevas normas sobre el placaje “alto”; la disparidad de criterios dependiendo del seleccionado del que se tratara favoreciendo en caso de duda al “grande”; favoritismo para la anfitriona, etc.., pero sinceramente creo que ha sido más ruido que nueces.
Así mismo no ha faltado la polémica por la suspensión de varios partidos por la llegada del tifón Hagibis (que ha dejado ya una treintena de muertos y más de 100 heridos, además de numerosos daños materiales), y, al menos uno de ellos, definitorio para la clasificación para cuartos, el Nueva Zelanda – Italia. Los otros partidos suspendidos no tenían relevancia clasificatoria, si bien el Inglaterra – Francia establecería el orden en cuanto a primero y segundo de grupo, con su relativa importancia a la hora de los cruces para cuartos.
Las normas establecían que en caso de suspensión de un partido se daría como resultado del mismo empate a cero y dos puntos para cada selección. De esta manera, Italia quedaba eliminada del Torneo sin jugar, cuando de haber ganado ese partido, se hubiera clasificado para cuartos y podía haber dejado fuera del Torneo (dependiendo de si Nueva Zelanda obtuviese o no bonus, defensivo u ofensivo, en dicho partido) a los propios All Blacks o a Sudáfrica.
A este respecto, el mítico jugador italiano, capitán de su seleccionado, en su última Copa del Mundo, la quinta, Sergio Parisse, ha considerado que han faltado al respeto a su Selección, declarando, entre otras, lo siguiente:
"Es difícil saber que no tendremos la oportunidad de jugar contra uno de los más grandes equipos. Pero seguro que si Nueva Zelanda necesitara cuatro o cinco puntos contra nosotros, el partido no habría sido cancelado.
Es ridículo que se haya tomado esta decisión. No se ha sabido ayer que podía pasar esto. Es ridículo que no haya un Plan B, porque no es noticia que haya tifones en Japón. Si organizas una Copa del Mundo, debes tener previsto cosas como esta. No se nos ha tenido respeto. Se puede pensar que hubiéramos perdido de todos modos, pero merecíamos ser respetados. Si Italia y Nueva Zelanda deciden que no quieren jugar, entonces está bien. Pero si Nueva Zelanda necesitara los puntos hubiéramos jugado".
Polémicas aparte, nos encontramos con que en el Grupo A se han clasificado Japón como primera e invicta, por delante de Irlanda y Escocia que ha quedado tercera y fuera de los cuartos.
La anfitriona, los “Cherri Blossoms”, dirigidos por el ex – all black Jamie Joseph y capitaneados por Leitch, han sido más que nunca los “Brave Blossoms”, habiendo ganado sus cuatro partidos (30-10 frente a Rusia; 19-12 a Irlanda, 38-19 a Samoa y 28-21 a Escocia), desplegando un rugby vistoso, atrevido, rápido en los puntos de encuentro, con muchos apoyos, muy dinámico, explotando al máximo sus virtudes, con jugadores como Lafaele, el “cerebro” en la línea, los veloces alas Fukuoka y Matsushima, el talonador Horie, el medio melé Nagare y el segunda de origen sudafricano Labuschagne.
Se sabía que estaba fuerte y que habían preparado con mimo su Copa del Mundo, pero se dudaba de que pudiera lograr alcanzar los cuartos frente a los clásicos del VI Naciones, Escocia e Irlanda.
Tras la derrota de Irlanda frente a Japón, los caledonios de Gregor Townsend, que habían sido derrotados con demasiada facilidad por el XV del Trébol, supieron ya que iba a ser muy, pero muy, complicado vencer a Japón y no sólo eso, vencer y que además los Cherri Blossoms no consiguieran un punto bonus. Así las cosas, en el espectacular último partido del grupo, el XV del sol naciente se llevó la victoria por 28-21 frente al XV del Cardo, bonus ofensivo incluido, con lo que los Russel, Hogg, Gray, Laidlaw etc. se vuelven para casa con cierta sensación de fracaso. Su running rugby se ha visto con cuentagotas en esta Copa del Mundo.
La Irlanda de Joe Schmidt se las prometía muy felices tras derrotar con facilidad a Escocia (27-3), en una exhibición de su poderío en delantera (ensayos de su primeras líneas Best, Furlong y del segunda línea o Ryan), y su fiabilidad atrás (Sexton, Stockdale, Ringrose), pero su derrota ante Japón ha hecho que retornen sus “fantasmas del pasado”, esto es, su incapacidad para superar la ronda de cuartos de una Copa del Mundo y más cuando dicha derrota frente a los Cherri Blossoms les ha supuesto jugarse el pase a semifinales contra la gran favorita, los All Blacks.
En el Grupo B se han clasificado para cuartos quienes a priori se preveía que lo harían, esto es, Nueva Zelanda y Sudáfrica, con la polémica ya comentada del partido suspendido de los All Blacks frente a Italia. De esta manera el XV neozelandés va a llegar más descansado a los cuartos, lo que supone una evidente ventaja frente a su oponente, Irlanda. Polémicas aparte, los All Blacks han respondido a su condición de favoritos ganando sus partidos con suficiencia, salvo el que les enfrentó a los Springbooks, pero aún en ese partido, el XV Booke no dio la sensación de poder llevarse el triunfo.
Steve Hansen ha sorprendido en cierta medida retrasando de la posición de 10 a la de 15 a Beauden Barret y alineando de apertura a Richie Mo´Unga, si bien se desconoce si va a mantener ese plan cuando lleguen los cuartos. También habrá que comprobar si continua con Aaron Smith como titular en el puesto del 9 o le da esa responsabilidad a Perenara que está ofreciendo un gran nivel. Los All Blacks son una máquina perfectamente engrasada de jugar a rugby y llegan en un muy bien momento de juego.
Como curiosidad señalar que los tres hermanos Barret (Beauden, Scott y Jordie, de 28, 25 y 22 años), han llegado a jugar juntos, habiendo entrado en la historia como los primeros tres hermanos que logran este hito con los All Blacks en una Copa del Mundo. Lo hicieron como titulares ante Canadá en el segundo partido, y consiguieron ensayar los tres. Este hecho no es nuevo y ya anteriormente había sucedido que tres hermanos coincidieran sobre el terreno de juego en una selección durante un partido de la Copa del Mundo: así los hermanos Vunipola, (Elisi, Manu y Fe’ao), con Tonga frente a Escocia en 1995 y los hermanos Pisi (Ken, Tusi y George), con Samoa frente a Sudáfrica en 2015.
Por su parte, los Springbooks han cumplido con lo que se podía esperar de ellos: ponerles las cosas difíciles a los All Blacks y clasificarse para cuartos sin problemas. Tienen un equipo rocoso, una melé muy fuerte y pesada (Etzebeth, Mostert, Vermeuluen etc. son auténticas fuerzas de la naturaleza) pero su juego no es demasiado brillante ni vistoso, pero sí efectivo, abusando quizás demasiado de “la patada a la caja” por parte de su medio melé De Klerk para lanzar a sus alas, especialmente a Kolbe, un wing rapidísimo, con unas muy buenas manos para la recepción del balón en el aire y extremadamente difícil de placar por su gran habilidad para la evasión.
En este Grupo, Italia ha dado un mejor nivel del esperado inicialmente, con victorias fáciles frente a Namibia y Canadá (47—22 y 48-7) y una derrota abultada frente al XV Booke (49-3), llevándose como premio de consolación la clasificación directa para la Copa del Mundo Francia 2023.
El Grupo C, a priori el “grupo de la muerte”, tenía 3 aspirantes para dos plazas, pero uno de ellos (Argentina), sin duda, defraudó.
Inglaterra ha cumplido a rajatabla el plan trazado por Eddie Jones, ganando sus partidos con facilidad. No ha tenido rival. Tiene un seleccionado muy potente, un gran juego al pie con la dupla Ford-Farrell, un martillo pilón de segundo centro, Tuilagi, un back three (zaguero y alas) veloz (Watson, Daly y May), una melé muy potente, donde destacan sus dos flankers, auténticos “perros de presa”, Curry y Underhill, sobre todo este último. Llega a cuartos, al igual que Francia y Nueva Zelanda, más descansada que sus rivales al haber jugado un partido menos por la suspensión antes comentada de su encuentro contra el XV del Gallo.
Francia sigue en su indefinición e inconsistencia y juega a “rachas”. Hizo un gran primer tiempo frente a Argentina (20-3 al descanso) y ganó 23-21, fallando un golpe a palos el fullback argentino Boffelli en el minuto 79 que hubiera supuesto la victoria de los Pumas, y frente a Tonga estuvo contra las cuerdas, pasándolo muy, muy mal, en un partido casi calcado al de Argentina: dominando en el descanso, 17-7, y sufriendo mucho al final, 23-21.
Por su parte los Pumas han sido, quizás junto con Escocia, la gran decepción hasta la fecha. Argentina, no llegaba en un buen momento a la Copa del Mundo, ya que llevaba perdidos nueve test-matches seguidos y en el Rugby Championship de 2019, pese a jugar dos partidos en casa, no ganó ninguno de sus tres encuentros.
A ello añadir que al parecer en el seleccionado no hubo muy buen ambiente, desmentido por su responsable Mario Ledesma, pero, tras la derrota ante Francia, en el partido crucial y más difícil, frente al XV de la Rosa, Ledesma decidió prescindir de dos de las referencias del equipo, el apertura Nicolás Sánchez, máximo anotador del Mundial de 2015, que ni siquiera estaba entre los 23 convocados para el partido (solo convocó a un apertura específico, Urdapilleta), y el hooker Agustín Creevy, quien sí jugó algunos minutos de la segunda mitad, lo que no hizo sino aumentar más el runrún del mal ambiente.
También se le achaca a Ledesma, que no convocara a los “europeos”, Isa, Cordero e Imhoff; que retirara la capitanía a Creevy; que llevara a muchos jugadores con poca experiencia internacional pese a haber hecho un gran papel con la franquicia profesional argentina de Jaguares; y que dejara en Argentina a Gonzalo Quesada, entrenador de tres cuartos, y precisamente el responsable del éxito de los Jaguares, alcanzando este año 2019 por primera vez la final del Super-Rugby.
En el Grupo D se han clasificado para cuartos de final Gales y Australia, lo previsto, pero quisiera destacar en este grupo la gran actuación de Uruguay.
Una selección, la de los Teros, semi-profesional que ha sido la que más placajes ha hecho en la primera fase del Torneo, habiendo logrado ensayar en todos sus encuentros, vencer a Fiyi (30-27), dando así la sorpresa, y poner las cosas muy difíciles al XV del Dragón (35-13).
El orden de la clasificación se decidió en el partido Gales-Australia con victoria para el XV del Dragón (29-25), después de 32 años sin lograrlo, desde la primera Copa del Mundo celebrada en Nueva Zelanda en 1987, en un emocionante partido en el que destacó la actuación del medio melé galés Gareth Davies, fundamental en el esquema del seleccionador Warren Gatland, y en el que se vieron las dos caras del Dragón.
Dominante hasta el descanso, 26-8, y dubitativo en una segunda mitad en la que los Wallabies fueron mejores, apretaron, se pusieron 26-25 en el minuto 67 gracias a un golpe convertido por Toomua, respondido con celeridad por Gales gracias a otro golpe convertido por Patchell en el 71, gestionando el XV galés con acierto los últimos 9 minutos del choque. Tras este partido, Gales no ha estado especialmente “fina” en el resto de los partidos, pese a haberlos ganado todos ellos, 43-14 a Georgia, 29-17 a Fiyi, logrando los dos últimos ensayos en los minutos finales, y 35-13 a Uruguay en un partido en el que los Teros vendieron cara su derrota.
Australia, por su parte, tras la derrota frente a Gales, ha cumplido con lo que se esperaba de ella, logrando vencer en el resto de sus encuentros (39-21 a Fiyi, 45-20 a Uruguay y 27-8 a Georgia), con cierta solvencia. Tienen un buen equipo, Genia, Foley, Beale, Pocock, Hooper, Ashely-Cooper pero les falta algo de consistencia cuando se enfrentan a equipos rocosos, que es lo que se van a encontrar a partir de ahora.
Para lograr la clasificación para semifinales, a priori, no hay grandes favoritos, pero sí que es cierto que hay tres selecciones que han transmitido buenas sensaciones en la primera fase, Nueza Zelanda, Inglaterra y la sorprendente Japón, si bien todas ellas tendrán duros rivales como son Irlanda, Sudáfrica y Australia, respectivamente, mientras que en el otro partido de cuartos se dirimirá un duelo entre europeos, Gales-Francia, en el que el XV del Dragón debiera vencer al del Gallo.
Si hay que hablar de una selección más parecida a los All Blacks es la de Irlanda, por lo que considero que está en disposición de poder dar la sorpresa.
A Inglaterra le veo mucho más consistente en su juego que a Australia y Japón está mostrando un muy buen rugby y tiene a su favor el factor de jugar en casa, pero enfrente tendrá a un aguerrido rival como son los Springbooks, por lo que la eliminatoria está muy igualada. Veremos si es capaz de lograr repetir la hazaña de 2015.
Finalmente Gales está siendo mucho más fiable en su juego, tienen las cosas mucho más claras que una Francia que perdió el norte hace mucho tiempo ya, pese a que cuenta con jugadores de grandísimo nivel, pero como grupo, el XV del Gallo no acaba de fucnionar.
Así que al igual que en mi anterior artículo en el que hice unas predicciones con las que no acerté del todo en mis pronósticos (se me cayeron Escocia y Argentina, entrando en su lugar Japón y Francia), vuelvo a arriesgar y apuesto por las siguientes semifinales: Inglaterra – Nueva Zelanda y Gales – Japón.
¡¡¡El espectáculo continúa!!!
Por Gontzal Sever, expresidente del Universitario Bilbao Rugby y jugador veterano de rugby