La afición, patrimonio y disyuntiva para el Cádiz

El Cádiz está trabajando en la campaña de abonados para la temporada 2013-2014. Es uno de los asuntos que están siendo tratados en las oficinas del Ramón de Carranza, donde son conscientes de la importancia que tiene esta cuestión de cara al curso venidero.

La afición del Cádiz es, sin duda, su gran patrimonio, pero será difícil ilusionar a una grada que, aunque siempre responde, ha tenido que sufrir hasta el final en un curso en el que, teóricamente, el objetivo era ambicioso. Ha sido el peor Cádiz de la historia en Segunda B y, tras esto, enganchar a los seguidores para que se hagan socios es una tarea complicada.
Dependerá, en gran medida, de las adquisiciones que consiga hacer Alessandro Gaucci, porque el plantel será renovado casi por completo. Poco quedará, pues, de un ejercicio desastroso que todos quieren dejar en el olvido cuanto antes. No obstante, la coyuntura del club obliga a hacer una buena partida de dinero con los abonos, ya que el grueso del presupuesto depende de ello. Y es que el Cádiz no ingresará dinero esta vez por la Copa del Rey, dado que no participará, ni por traspasos. Además, el pago del 'lucro cesante' del Ayuntamiento ha finalizado.
Los administradores concursales están a la espera de la elaboración del presupuesto, del cual está pendiente la renovación oficial de Raúl Agné así como los nuevos contratos, operaciones que podrían quedar cerradas la semana venidera. Y es que es de las incorporaciones que la entidad presente depende, también, el optimismo que pueda generarse.
Se encuentra el Cádiz, por otro lado, con la necesidad de adaptarse a los tiempos que corren y a la corriente que está llevando a muchos clubes a bajar el precio de sus abonos. Las críticas en este sentido son masivas en España, ya que sólo hay que comparar los precios con otras ligas como la alemana o ver la diferencia de afluencia a los estadios para entender el descontento.
Así pues, el club presidido por Florentino Manzano está obligado a hacer un buen montante con los ingresos de los socios, pero sin embargo éstos esperan que la entidad entienda la situación y tenga gestos reconocibles con una afición que es fiel hasta el extremo. Sin duda, una disyuntiva delicada para la directiva.