Punto de equilibrio

Cuando no se puede ganar, bueno es empatar. Y viendo los últimos minutos del partido, el Cádiz sumó un punto que pudo perder. Cierto es que hubo ocasiones para haberse adelantado en el marcador, pero no hubo acierto en un campo peculiar como San Ignacio.

Apostaba Claudio Barragán por Arregi en detrimento de Servando que tenía descanso. Las ausencias de Garrido, Navarrete y Villar dejaban condicionado un once titular, que supo entrar perfectamente en el partido y leer los primeros minutos.
El primer cuarto de hora fue frenético. Un lanzamiento ajustado de Jona que despejó Pol a los cinco minutos mereció el 0-1, al igual que un tiro ajustado de Cala que repelió como pudo Aulestia. La volvía a tener Jona con un cabezazo ajustado que detuvo el guardameta, y El Palo con una falta frontal de Apoño que se marchó fuera por poco. Bajó en intensidad el partido por ambas partes, aunque los malagueños tuvieron a la media hora una acción de Carbellino que cazó un rechace que se marchó fuera por poco.
Comenzaba la segunda parte con un guión parecido: juego trabado, poco fútbol y muchas imprecisiones. Los malagueños comenzaban a crear peligro por las bandas pero sin profundidad. En una de las pocas acciones ofensivas de los amarillos -que vestían de negro-, el colegio mal anuló un pase a Migue García por fuera de juego inexistente. La jugada acabó en gol pero había sido invalidada por error.
No parecía que iba a haber problemas para mantener el punto, que dejaba en ocho la distancia con el UCAM que también empataba, pero el descuento pudo ser letal. Juanillo de chilena rozó el gol, y en el rechace Aulestia tuvo que sacar una gran mano que evitaba el tanto local, en un nuevo rechace, era Arregi el que mantenía a cero la portería para salvaguardar el empate.
Un punto más que válido en un campo difícil que virtualmente clasifica al equipo para el playoff y deja todo como estaba, y con una jornada menos.