Baloncesto Sevilla sorprende en un atasco a los taronja
El Valencia Basket cosechó la cuarta derrota de la temporada y la tercera en los últimos cuatro partidos como anfitrión en La Fuente de San Luis. En este caso, fue Baloncesto Sevilla quien asaltó el Municipal valenciano (82-92) frente a un equipo de Pedro Martínez inoperante y que no encontró su juego en ningún momento del encuentro. Un día para olvidar para los taronja, que se alejan del FC Barcelona tras la victorias de los blaugrana aunque todavía mantienen a buen recaudo la segunda posición en la Liga Endesa.
Por su parte, Baloncesto Sevilla puso fin a una racha de cuatro meses sin ganar como visitante. El equipo andaluz supo explotar sus ventajas y aprovechar los momentos de inspiración de sus jugadores. Nachbar le puso en marcha al inicio y, tras el descanso, Balvin y Bamforth fueron una referencia más constante y Alfonso Sánchez y Jordan le permitieron cerrar el choque sin apenas sufrir. Los locales ni supieron imponer su juego ni mostraron capacidad de reacción. Faltos de ideas y de determinación, ya no dependen de sí mismos para acabar como primeros la fase regular.
Bamforth lideró la ofensiva frente a Valencia Basket, para el que no fue suficiente el equilibrio ofrecido por la entrada de un Dubljevic recién dado de alta
De inicio, el Sevilla sorprendió al Valencia cambiando los papeles entre dos de sus referentes. Dejó buena parte del peso de la creación a un interior como Nachbar, que, igual que subió con agilidad el balón, nutrió de balones al eficaz Balvin, y aprovechó al base Hakason como tirador. Esquivó así la apuesta de los locales de situar a Vladimir Lucic, un alero móvil, sobre el escolta Bamforth. Tampoco aprovechó el Valencia en la otra canasta la presencia de un 'tres' mucho más definido que el conjunto sevillano y cuando Bamforth se acostumbró a su 'sombra' y supo leer sus ventaja hizo que su equipo abriera la primera brecha en el marcador (9-18 m.6).
Con el panorama ya bastante sombrío, Pedro Martínez dio entrada a Bojan Dubljevic, que volvía a jugar después de más de un mes de baja, y su mera presencia dio unos minutos de estabilidad al juego local, lo que unido a un triple de Shurna sobre la bocina del primer cuarto permitió minimizar impacto del buen juego visitante. Pero ni el montenegrino ni la aportación de Fernando San Emeterio logró equilibrar la balanza. El regreso a la pista de Balvin y la habilidad del Sevilla para hacer girar el juego sobre él volvió a marear al Valencia, que no logró neutralizar al pívot checo cerca del aro y en su intento de hacerlo, dejó espacio para que Bamforth anotara de lejos (37-44, m.20).
El paso por el vestuario renovó las fuerzas de los locales, que no mejoraron demasiado su lectura del choque pero que aumentaron la energía de su juego en ambas canastas. Pero el Sevilla supo defenderse, aunque lo tuvo que hacer recurriendo ya a acciones individuales, primero de Nachbar y luego de nuevo Bamforth. Al no tener un efecto inmediato su mejoría, el Valencia se desanimó. En defensa perdió ímpetu y concentración y concedió faltas que permitieron al Sevilla mantener el control del choque desde la línea de tiros libres y en ataque mantuvo bajo su porcentaje de tiros de tres puntos y su rival pudo permanecer replegado (57-64, m.30).
Los taronja intentaron el arreón final en el último cuarto pero con más ganas que acierto y se estrellaron contra los buenos minutos de los secundarios de Sevilla
Viendo a su rival noqueado, el Sevilla aprovechó para engordar su colchón y prepararse para hacer frente al previsible arreón final valenciano. Lo hizo gracias al inesperado protagonismo de Alfonso Sánchez y Jerome Jordan, que apenas habían aparecido hasta el arranque del último cuarto pero que dispararon a su equipo ante la inoperancia local (60-76, m.33). La reacción local llegó pero lo hizo con muchas más ganas que argumentos y tampoco llegó a inquietar seriamente al Sevilla. Apenas un par de acciones de Rafa Martínez y San Emeterio que no cuestionaron la merecida victoria de los visitantes, que encontraron a Miljenovic en un último protagonista inesperado.