El Bilbao Basket se la juega ya sobre la bocina

"La situación es dramática... el límite es mañana (por hoy)". Con esa rotundidad lanzaba un desesperado SOS este martes el tesorero del Bilbao Basket Carlos del Campo, una vez cumplido el plazo de 15 días dado en la asamblea extraordinaria del pasado 30 de mayo, ante los micrófonos del programa 'Fuera de Juego' de Radio Euskadi.

"Si no hay crédito bancario no hay ninguna vía más que la del concurso de acreedores, pero eso supondría la salida automática de la ACB", avanzaba Del Campo en un tono fatigado.  "Hemos hecho lo más difícil, todo lo demás, cuatro de las cinco cosas planeadas en el plan de viabilidad", explicaba de nuevo, "pero sin esta herramienta de la línea de crédito de un millón de euros nos veríamos obligados a cerrar", amenazaba visto el paso de las hojas del calendario y la falta de soluciones concretas. Carlos del Campo: "Nos quedan 24 horas, vamos a luchar hasta el último minuto"
"Nos quedan 24 horas, vamos a luchar hasta el último minuto", reiteraba, pero su mensaje ya no sonaba tan esperanzador como en aquella tarde del Ercilla, sino que recordaba a la agonía de 2014, cuando se salvó otro match-ball sobre la bocina: "No lo hemos sabido vender... es inminente que algún jugador acuda al fondo de garantía salarial... si es así nos vemos obligados a echar el cierre aunque este club es económicamente viable", comentaba al viento.  "Necesitamos la línea de crédito de una entidad bancaria para tener liquidez, afrontar los compromisos de pago de la temporada y activar los 600.000 euros apalabrados con distintas empresas", avanzaba el directivo quien tiene claro que "es el único eslabón que falta". Pero el tiempo se agota. "No se ha podido cerrar nada aún y ahora mismo no vemos nada fehaciente que trasladar", lamentaba.
"El importe de esa línea es de solo un millón, que no es una cifra desorbitada ni una barbaridad", argumenta, pero su convencimiento choca contra el muro de "las entidades financieras", que "no ven una garantía el ingreso 1'2 millones por abonos, o los derivados por estar en ACB, los de taquilla o merchandising... no se ponen en valor pese a estar garantizados, o a que hay otros indicativos que no tiene nadie en la liga: las personas que van a Miribilla, los abonos vendidos, los pinchazos de TV,... o no lo explicamos bien o no existe voluntad de ponerlos en valor", comenta Del Campo ya al límite de la posesión.