El Unicaja da la vuelta al marcador ante el Galatasaray en el último suspiro y se acerca a los cuartos de final

El Unicaja salvó en los últimos minutos una victoria fundamental ante el Galatasaray turco (97-91), al que también arrebató el coeficiente de puntos particular, para acercarse a los cuartos de final de Liga de Campeones FIBA (BCL), ronda a la que llegaría con ventaja de campo si gana en la última jornada al Rytas Vilnius lituano.

En caso de derrota este martes, el Unicaja hubiera estado obligado ganar en la pista del Rytas Vilnius la próxima semana, en la quinta fecha de la liguilla del Grupo J de la que ahora es líder gracias a un triunfo de mucho sudor, contra el mismo Galatasaray que en Estambul, hace una semana, logró cortarles el récord de dieciocho victorias consecutivas en la competición.

El Galatasaray reinó, mantuvo a raya y complicó a los malagueños hasta los dos últimos minutos. Empezaron los de Ibon Navarro con malos porcentajes en un primer cuarto al ralentí, sin encontrar el ritmo de partido rápido con el que más cómodo se siente. El Galatasaray, más decidido y acertado en ataque, hizo daño distanciándose hasta por doce puntos.

Se llegó al final del primer cuarto con 20-27, un mal inicio para los cajistas, a los que les costaba arrancar. Los porcentajes en lanzamientos fueron demasiado bajos (33’3% en tiros de campo), pero otro gallo cantaría tras el parón.

Un triple de Melvin Ejim, de los mejores de su equipo (trece puntos, ocho rebotes y 22 de valoración), firmó un parcial de 10-3 que fue gasolina para prender el Martín Carpena, muy ambientado en esta noche de martes, después de que Ibon Navarro pidiera el máximo apoyo ante la importancia del partido en la competición.

Tuvo un triple para ponerse por delante por primera vez en el partido, pero no entró el intento de Dylan Osetkowski, esta vez más desconectado. El Unicaja desaprovechó múltiples ataques y el Galatasaray aguantó estoico e incluso volvió a acelerar antes del descanso.

Los gestos de cabreo de Ibon Navarro en el área técnica lo decían todo. Su equipo jugaba nervioso, precipitado y con poca confianza en sus fortalezas. Con veinte minutos por delante, el guion no era sencillo de cambiar (45-54, min 20).

El cuadro malagueño se vio perdiendo de trece (45-58) tiempo después. Estaba obligado a reaccionar, y lo hizo con Tyson Carter como líder espiritual en la misión de remontada. Dieciséis puntos anotó el base-escolta estadounidense, los mismos que el base Kendrick Perry.

Tras varios minutos de medias tintas, los cajistas encontraron al fin la efectividad y el ritmo para colocarse a dos puntos en el ecuador del tercer cuarto (59-61). Otra vez el impulsó acabó amainando por la dureza del rival.

El Galatasaray estaba siendo muy fiable y tenía la inspiración en las manos del base estadounidense Will Cummings (22 puntos, 27 de valoración), metrónomo de su equipo. Seis puntos debía remontar Unicaja en diez minutos si no quería complicarse la vida en la BCL.

El último cuarto ya fue una oda a la emoción, el duelo físico, el detalle en cada jugada y la tensión en el trío arbitral, muy señalado por el público local. Unicaja remó hasta el 82 iguales a falta de cuatro minutos, pero Galatasaray no torcía el gesto y respondía con personalidad.

Cuando el reloj marcaba 2:56, tras todo el partido por detrás del marcador, Unicaja le dio la vuelta (88-87). Y lo demás salió a borbotones: un triple de Tyson Pérez y otro de Tyson Carter en el último minuto convirtieron al Carpena en una caldera (96-90). El Galatasaray ya no se pudo levantar del golpe.

Alberto Fuentes.