El Valencia Basket - Hapoel Tel Aviv a puerta cerrada era susto, muerte o una decisión salomónica

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No quiero imaginar las vueltas que le habrán dado en el Roig Arena para intentar contar con su gente
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El Gobierno recomienda a Valencia Basket que juegue a puerta cerrada contra el Hapoel Tel Aviv ¿De quién depende?
¿Saben por qué estoy en contra de la pena de muerte? Por dos motivos. El primero, religioso, ético y moral. El segundo, fáctico. Sólo con que haya un reo ajusticiado por error, invalida la ecuación porque no puedes devolverle la vida a alguien. Me pasa algo similar con el Valencia Basket - Hapoel Tel Aviv que se jugará a puerta cerrada este miércoles. Ha sido una decisión salomónica, curiosamente atribuida a un rey de Israel

Estoy seguro que los dirigentes del Valencia Basket habrán hecho todo lo que está en su mano para que el duelo se disputara. Han esperado hasta el final, pero la recomendación del Gobierno era clara. Hay riesgo y la responsabilidad primera es suya. Con ese panorama es complicado tomar otra decisión diferente a la que se ha tomado. Era Valencia Basket contra el mundo, contra el COI, contra la FIBA, contra la Euroliga que son los que deberían haber tomado una medida drástica en un sentido y en otro. La presión en las últimas horas en el Roig Arena ha debido ser tremenda. El club estaba entre la espada o la pared. Pero es que con las protestas convocadas a la puerta y nadie queriendo poner el cascabel a este gato, era susto o muerte.

Seguridad sí, riesgo también en el Valencia Basket - Hapoel Tel Aviv
Y está claro que la seguridad habría estado más o menos garantizada para todos los participantes de la fiesta, porque a fin de cuentas es eso: deporte, fiesta, sentimiento de pertenencia e ilusión. Pero, ¿y si pasa algo por mínimo que fuera bajo la supervisión del Valencia Basket? Eso no se olvidaría nunca. Entiendo por tanto la decisión, como también entiendo las presiones ejercidas por la Delegación del Gobierno y la policía. Hay que curarse en salud, minimizar el riesgo al máximo y, aunque la decisión duele y es polémica, también era la única que puede evitar males mayores.
La decisión era salomónica. Esta vez no han cortado a un bebé por medio, tampoco en aquella ocasión bíblica, pero han pagado justos por pecadores. Los 11.000 abonados del Valencia Basket tendrán que quedarse en casa y eso, deportivamente hablando, favorece al Hapoel Tel Aviv, es evidente. Entiendo las críticas, pero estoy seguro que si ellos hubieran estado en la cabeza de Juan Roig, de Vicente Solà, de Enric Carbonell, de Víctor Luego, con todo pesar habrían tomado esa decisión aunque a ellos, a usted y a mí nos repatee.
David Torres
Delegado de ElDesmarque en Valencia