Jaque al bolsillo tras la operación retorno con los precios la gasolina y el diésel

Todos lo hemos estado sintiendo en nuestros bolsillos: los precios de la gasolina y el diésel han subido de forma imparable en verano. La realidad es que los costos del combustible para los consumidores están llegando a niveles que se sienten como un lujo. Y ojo, porque no se detendrá tras la operación retorno.

Los aumentos de precios tienen varias causas, como la reducción en la extracción de crudo por parte de la OPEP+ o la alta demanda de los últimos meses, que crea escasez. Las olas de calor también afectan, ya que el proceso de refinamiento es más costoso en climas cálidos. Hasta que estos factores se relajen, nuestros bolsillos seguirán luchando contra estos precios al alza.

Teniendo en cuenta que uno de los factores es la escasez, deberíamos ser optimistas con el final de la operación retorno. Y es que es en estas ocasiones cuando se producen más variaciones. Teniendo en cuenta que la mayoría ha vuelto a la rutina, deberíamos ver alguna bajada de precio.

El precio de la gasolina y el diésel seguirá subiendo

Sin embargo, eso no será así. Se espera que la tendencia alcista continúe esta semana debido a la alta demanda de los últimos días. Y aunque sí es cierto que los expertos auguran un freno las subidas en los próximos días, no significa que vayan a bajar. Aunque de forma más moderada y estable, seguirán subiendo. Nuestro bolsillo seguirá estando en jaque. En realidad, no se espera que los precios bajen realmente hasta finales de año, tal y como auguró el experto y director general de Tempos Energía Antonio Aceituno.

En la actualidad, el precio de la gasolina supera los 1,70 euros, mientras que el diésel se encuentra por encima de los 1,6 euros. Esto es un 20% más caro para la gasolina y un 6% para el gasóleo en comparación con el inicio del año. Y en las últimas semanas, ambos han aumentado alrededor del 2%. La buena noticia es que aún estamos por debajo de los precios del año pasado, aunque en ese entonces teníamos el descuento de 20 céntimos por litro, con lo que es posible que pronto, aunque el combustible sea más barato, empecemos a pagar más que el año pasado.