Audi tiene un problema grave con uno de sus modelos estrella

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Se acumulan las unidades sin terminar en la planta de México
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Estados Unidos y Europa, las zonas más afectadas
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Audi tiene una versión del Q3 que puede hacer más de 100 km sin gasolina
No todo va sobre ruedas en Audi. Aunque la marca presume de renovar sus modelos más vendidos, uno de sus coches clave atraviesa un momento delicado. Hablamos del Q5, un SUV que ha sido pilar en las ventas globales de la firma desde su debut. Y no, no es un problema de diseño ni de tecnología.
El nuevo Q5, más sofisticado, más familiar, y con un enfoque claramente alemán, llegaba con la intención de dominar su segmento. Su principal rival, el BMW X3, no pasa por su mejor momento, lo que abría una puerta de oro para Audi. Pero la marca se ha topado con una barrera inesperada: retrasos en la entrega.

La cadena de montaje del Audi Q5 se colapsa en México
El modelo se ensambla en México, en la planta de San José de Chiapa. Allí, la falta de componentes ha provocado un efecto dominó. Cientos de unidades están sin terminar, en un limbo logístico que afecta sobre todo a clientes en Alemania y Estados Unidos.
Al parecer, el cuello de botella afecta sobre todo a las versiones más tecnológicas, como las híbridas enchufables. Sin embargo, la información es difusa y Audi guarda silencio. Mientras tanto, clientes esperan, concesionarios se impacientan y la reputación se resiente.
Un frenazo preocupante para un SUV que estaba arrasando
El peligro no es solo económico. En un segmento en el que la disponibilidad inmediata cuenta más que nunca, los compradores no se lo piensan dos veces antes de cambiar de marca. Y rivales como el GLC de Mercedes, aunque más caro, están listos para aprovechar el vacío.
Audi ofrece versiones de gasolina, diésel y PHEV desde unos 56.000 euros. Pero eso poco importa si el coche no está listo para entregarse. El mejor producto pierde fuerza si no llega a tiempo. Si Audi no resuelve este problema de forma urgente, el Q5 corre el riesgo de perder el liderazgo que tanto le ha costado conseguir. Y esta vez, el enemigo no está fuera, sino dentro de su propia cadena de suministro.