El Toyota que es, para muchos, el más bonito de la marca

El Toyota bZ4X se ha convertido en uno de los modelos más singulares de la marca japonesa y, para muchos, en el más atractivo de su gama actual. Supone un punto de inflexión en la estrategia de electrificación de Toyota y, al mismo tiempo, introduce un lenguaje de diseño más sofisticado y depurado que rompe con los códigos tradicionales de la firma. Desde su presentación, ha llamado la atención por su silueta fluida y sus proporciones equilibradas, que lo sitúan a medio camino entre un SUV robusto y un crossover de líneas elegantes.

El frontal adopta una parrilla cerrada con la característica forma “hammerhead”, flanqueada por ópticas LED muy delgadas que refuerzan la mirada tecnológica del modelo. Las superficies están trabajadas con aristas limpias y pliegues marcados, lo que genera sensación de solidez sin caer en un diseño recargado. En su última actualización, los paneles plásticos en los pasos de rueda y la zona baja de la carrocería pasaron a pintarse en el mismo color, logrando un aspecto más uniforme y sofisticado. Estos pequeños ajustes han elevado la percepción de calidad y refinamiento del conjunto.

Un interior con identidad propia

Llama especialmente la atención que la estética del bZ4X no se limite al exterior. El habitáculo mantiene una coherencia visual con el lenguaje limpio de la carrocería. La instrumentación digital se sitúa en una posición elevada, casi flotante, lo que mejora la visibilidad y aporta un toque futurista. La pantalla central, ahora con 14 pulgadas, está integrada sin romper la armonía del salpicadero, mientras que los mandos físicos recuperados para climatización y volumen aportan funcionalidad y equilibrio en la experiencia de uso.

La amplitud interior es otro de sus puntos fuertes. Gracias a la plataforma específica para eléctricos, el piso es completamente plano, lo que permite más espacio para las piernas y una mayor libertad de movimientos para los pasajeros. Además, la elección de materiales y texturas busca un ambiente cálido, con tapicerías y revestimientos que transmiten confort y sensación de modernidad.

Por todo ello, el Toyota bZ4X destaca no solo por ser un modelo clave en la transición eléctrica de la marca, sino también por una propuesta estética que equilibra innovación y sobriedad. Es este conjunto de rasgos, tanto exteriores como interiores, el que lo ha llevado a ser considerado, para muchos, el Toyota más bonito de todos.