Fiat se carga el Panda, adiós

-
El Panda se marcha, pero su legado continúa
-
La DGT empieza a multar a los conductores con drones, así funcionan
Fiat ha decidido poner punto final al nombre más icónico de su gama urbana. El histórico Panda deja oficialmente de llamarse así y pasa a denominarse Pandina, en un movimiento que responde a la necesidad de reorganizar su oferta comercial tras el lanzamiento del nuevo Grande Panda. Con esta decisión, la marca separa claramente dos generaciones que coexistían bajo una denominación compartida, algo que generaba confusión tanto a nivel interno como en el mercado.
La coexistencia de ambos modelos, uno completamente nuevo y el otro ya veterano, se había convertido en una anomalía difícil de sostener. El Grande Panda, con plataforma moderna y un planteamiento totalmente renovado, se posiciona como relevo del clásico urbano. Por su parte, el modelo saliente sigue en producción, pero con una identidad reformulada bajo el nombre Pandina. Esta denominación ya aparece de forma oficial en la comunicación de la marca, consolidando el cambio a nivel comercial.

Llama especialmente la atención que el Pandina no incorpora novedades sustanciales más allá del nombre y algunos ajustes mecánicos. La modificación más relevante afecta a su sistema híbrido ligero, que rebaja su potencia de 70 a 65 CV en previsión de la nueva normativa de emisiones que entrará en vigor en 2026. Este pequeño reajuste técnico busca alargar la vida útil del modelo sin necesidad de rediseños profundos ni nuevas homologaciones.
Un cierre simbólico para un modelo clave
El cambio de nombre también afecta a las versiones. La variante de corte aventurero ya no se denomina Pandina Cross, sino simplemente Cross, eliminando referencias que remiten a la denominación anterior. Esta simplificación recuerda a otros casos previos en la marca, como el del Grande Punto, que acabó volviendo a su nombre original en sus últimas etapas.
A pesar del cambio, el Pandina mantiene intacta su estructura técnica: plataforma, configuración de tracción delantera y caja manual de seis marchas. Por todo ello, más que un modelo nuevo, se trata de una prolongación comercial del Panda clásico, adaptada a las exigencias del calendario normativo.
Fiat cierra así un capítulo histórico con una solución intermedia que permitirá mantener en catálogo un modelo clave durante unos años más, mientras el nuevo Grande Panda consolida su posición como heredero legítimo. El nombre Panda desaparece, pero su legado continúa bajo una nueva identidad.