Más barato y, para muchos, más bonito que el Nissan Qashqai

El Nissan Ariya se ha posicionado como una de las alternativas más atractivas dentro del catálogo de la marca japonesa, especialmente frente a su hermano de combustión, el Nissan Qashqai. Aunque tradicionalmente el Qashqai ha sido el referente de la gama SUV por volumen de ventas y reconocimiento, el Ariya llega con un diseño mucho más audaz, líneas limpias y proporciones más elegantes, lo que ha llevado a muchos a considerarlo el modelo más bonito de la marca en la actualidad.

Lo llamativo en este caso es que, pese a ser un SUV completamente eléctrico y de mayor carga tecnológica, el Ariya parte de precios más bajos que algunos Qashqai bien equipados. Con una oferta de entrada situada en torno a los 42.000 euros, el modelo eléctrico, que puede rebajar considerablemente su precio gracias a las ayudas, se convierte en una opción competitiva frente a las versiones híbridas o microhíbridas del Qashqai, que en sus variantes superiores pueden superar esa barrera fácilmente. La diferencia no solo está en el tipo de propulsión, sino en el conjunto estético y tecnológico que propone.

El Ariya adopta un enfoque futurista tanto por fuera como por dentro. Su carrocería destaca por la ausencia de elementos innecesarios, pasos de rueda bien integrados y ópticas finas que aportan una identidad visual propia. La silueta, más fluida y estilizada, transmite modernidad sin caer en estridencias. Además, ofrece versiones con batería de 63 o 87 kWh, tracción delantera o total, y autonomías que pueden superar los 500 kilómetros, según configuración.

Diseño avanzado y una propuesta eléctrica coherente

En el interior, el Ariya se aleja del diseño clásico del Qashqai y apuesta por una disposición minimalista, con pantallas panorámicas, mandos táctiles y una atmósfera abierta y sofisticada. El espacio disponible es generoso, y la calidad de los materiales, junto con el diseño del habitáculo, refuerza su carácter como vehículo orientado al futuro.

Por todo ello, el Ariya representa algo más que una evolución en la gama de Nissan. Es un modelo que conjuga diseño, tecnología y eficiencia sin disparar el precio, lo que lo convierte en una alternativa real para quienes buscan algo diferente. Frente al Qashqai, ofrece un salto visual y conceptual que, unido a un coste competitivo, redefine las prioridades dentro del segmento SUV de la marca.