Japonés como Toyota, pero 6.000 euros más barato e igual de bueno
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Espacio para toda la familia, 141 CV de potencia y poco más de 35.000 euros
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El nuevo Mazda es, sin duda, el más interesante de la marca
El Mazda CX-5 sigue siendo uno de los SUV más equilibrados del mercado. Fabricado en Japón, como el Toyota RAV4, pero 6.000 euros más barato, ofrece una combinación de fiabilidad, calidad y diseño que lo convierten en una alternativa muy seria. Mazda ha logrado un coche con presencia, tacto premium y un comportamiento que convence tanto en ciudad como en carretera.
Con un precio de 35.200 euros, el Mazda CX-5 demuestra que no hace falta gastar más para disfrutar de un SUV bien hecho, fiable y elegante. Tiene el espíritu de los grandes modelos japoneses, pero con una filosofía más racional.
El Mazda C-X5 se renueva
Sus proporciones lo colocan en el corazón del segmento SUV medio: 4,57 metros de largo, 1,84 de ancho y 1,68 de alto, con una batalla de 2,70 metros. Es un coche amplio, estable y con un maletero de 522 litros, ampliable hasta 1.638 litros. Frente a rivales como el Kia Sportage, el Nissan Qashqai o el Volvo XC40, el CX-5 presume de una construcción sólida y un diseño limpio, donde la filosofía Kodo Design vuelve a dejar su huella.
Actualmente se puede configurar en solo una versión mecánica en la web. Monta un motor de gasolina 2.0 SKYACTIV-G con 141 CV y 238 Nm de par, asistido por un sistema microhíbrido MHEV que le otorga la etiqueta ECO. Combina tracción delantera con un cambio manual de seis marchas, logrando un equilibrio entre suavidad y eficiencia. Acelera de 0 a 100 km/h en 10,5 segundos y alcanza 187 km/h, con un consumo medio de 7 litros a los 100 km.
El acabado Prime-Line no parece una versión básica. De serie incluye llantas de 17 pulgadas, climatizador automático, cuadro digital de 10,25 pulgadas y una gran pantalla central táctil de 12,9 pulgadas con Google integrado, Apple CarPlay y Android Auto. El sistema de sonido con 8 altavoces y los sensores de aparcamiento delanteros y traseros completan un equipamiento sorprendente por el precio.
Japonés como Toyota, elegante como Mercedes
La seguridad es una de las prioridades de Mazda. El CX-5 incorpora frenada automática de emergencia, asistente de cambio involuntario de carril, reconocimiento de señales de tráfico, control de velocidad inteligente, detector de fatiga y monitorización de presión de neumáticos. Todo de serie, sin necesidad de recurrir a paquetes opcionales.
Por dentro, transmite calidad japonesa. Los materiales suaves, la tapicería de tela negra, la iluminación LED y el volante forrado en cuero crean un ambiente refinado. La ergonomía está muy lograda, y la posición de conducción resulta natural y cómoda. Mazda mantiene esa sensación de conducción conectada, algo que sus seguidores valoran especialmente.
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