Nuevo Mercedes-Benz GLB: el SUV compacto que se mete en el congelador

Mercedes-Benz ultima el lanzamiento del nuevo GLB con un riguroso programa de pruebas en túneles climáticos capaces de simular desde ventiscas árticas hasta el calor del desierto.

El modelo, que llegará en diciembre, estrena un interior más tecnológico y flexible, una bomba de calor ultraficiente y un diseño completamente renovado que eleva el confort a bordo incluso en las condiciones más exigentes.

El nuevo Mercedes-Benz GLB se prepara para su estreno mundial tras superar un intenso proceso de validación en condiciones climáticas extremas. En el Centro Tecnológico de Sindelfingen (Alemania), la marca somete al SUV compacto a escenarios que reproducen desde temperaturas de –40 ºC hasta fuertes tormentas de nieve, pasando por calor extremo y radiación solar comparable a la de los desiertos más secos. El objetivo es garantizar que el modelo mantenga el confort, la eficiencia y la visibilidad incluso en situaciones que difícilmente se encuentran en la realidad.

Frío helador y calor asolador

Para Mercedes-Benz, estas pruebas son esenciales. Ya sea en su versión de cinco o siete plazas, el GLB aspira a ser el compañero ideal para escapadas a la montaña o viajes familiares en clima adverso. Los túneles climáticos de última generación permiten simular ventiscas con copos impulsados a 200 km/h, carreteras heladas y condiciones que ponen a prueba sistemas tan cruciales como los limpiaparabrisas, la gestión térmica del habitáculo o la resistencia de las tomas de aire a la nieve acumulada. Los bancos de pruebas pueden reproducir velocidades de hasta 265 km/h y permiten cargar o repostar los vehículos sin interrumpir las mediciones.

El rigor climático no se limita al frío. En la “cámara caliente”, las temperaturas alcanzan los 60 ºC y se utilizan lámparas especiales para imitar la radiación solar extrema, con intensidades que evocan lugares como el Valle de la Muerte. Un pavimento calefactado, bautizado como “Carretera Caliente”, recrea superficies abrasadoras de hasta 70 ºC para estudiar el comportamiento de materiales y sistemas. Esta precisión permite a Mercedes-Benz repetir ensayos y afinar desarrollos sin la imprevisibilidad del clima real.

Los resultados ya son palpables. En las pruebas a –15 ºC, el nuevo GLB tardó solo 15 minutos en despejar por completo un parabrisas helado sin intervención del conductor más allá del modo de descongelación. En temperaturas de –7 ºC, el habitáculo se calienta el doble de rápido que antes y, en el caso de la variante eléctrica, con la mitad de consumo energético. Esto se debe a una avanzada bomba de calor multisource heredada del programa VISION EQXX, capaz de aprovechar calor residual del motor, la batería y el aire ambiente para maximizar la eficiencia.

El confort comienza desde el momento en que el usuario entra en el vehículo: la estrategia térmica prioriza el calentamiento de manos y parte superior del cuerpo, adaptándose automáticamente a si los ocupantes están cargando, descansando o conduciendo. La gestión climática, más intuitiva y personalizable, se une a un interior completamente rediseñado.

El habitáculo del nuevo GLB adopta un lenguaje purista centrado en elementos icónicos y tecnología avanzada. Destaca la nueva MBUX Superscreen opcional, una pantalla panorámica flotante que domina el salpicadero. Las salidas de aire circulares, los paneles de puerta cóncavos, la consola central suspendida y materiales de alta calidad elevan la sensación de modernidad. Además, se reintroducen controles físicos para funciones demandadas, como el limitador o el volumen.