SIBO: el problema intestinal del que todas las redes sociales hablan
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Se define como un síndrome clínico que causa en el paciente diversos síntomas gastrointestinales
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Los pasos del diagnóstico son: sospecha clínica, patologías previas y prueba de aliento
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Se trata con antibióticos y siguiendo la dieta FODMAP
Si estás leyendo este artículo es porque posiblemente hayas escuchado en más de una ocasión el término 'SIBO' por redes sociales. Desde hace uno o dos años son muchos los usuarios de Tik Tok, Twitter, Instagram...que hacen referencia a este síndrome. Pero, ¿Qué es el realmente el SIBO? ¿Lo padece tanta gente como parece?
El SIBO, por sus siglas en inglés small intestinal bacterial overgrowth -síndrome de sobrecrecimiento bacteriano intestinal-, "se define como un aumento en el número de bacterias no patógenas en el intestino delgado proximal", según la Sociedad Colombiana de Pediatría.
Hasta la fecha, tal y como apunta la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), "ha sido una entidad muy controvertida", pero que a día de hoy ya está aceptada como tal.
El difícil diagnóstico y la causa que lo produce son las dos principales complicaciones que rodean a este síndrome, teniendo en cuenta que tal y como indica Guadalupe Blay, responsable del grupo de trabajo de Endocrinología y Nutrición de la Sociedad Española de Médicos generales y de Familia (SEMG), "el SIBO es una enfermedad secundaria que se puede desarrollar cuando se tiene una patología digestiva previa".
Vómitos, dolor abdominal... son algunos de los síntomas
"Si cualquier persona después una comida tiene dolor abdominal o pesadez de estómago son algunos de los síntomas cuando hay SIBO, pero no todos tienen la misma sintomatología", señala la médico de SEMG.
Antes de profundizar en los síntomas, es esencial dejar claro que si se presentan algunos de estos, antes de fiarse de cualquier red social es importante y muy conveniente acudir al médico, ya que como recuerda la doctora Blay "hay una patología previa detrás del SIBO".
"En líneas generales se define como un síndrome clínico que causa en el paciente diversos síntomas gastrointestinales", resume SEMERGEN. Dichos síntomas pueden ser muy dispares, pero también muy comunes a otras patologías.
La Sociedad Colombiana de Pediatría establece una serie de manifestaciones digestivas y extradigestivas del síndrome de sobrecrecimiento bacteriano intestinal. Entre las digestivas destaca:
- Vómitos.
- Falta de apetito.
- Malestar después de comer.
- Dolor abdominal.
- Distensión abdominal o hinchazón.
- Gases en el intestino.
- Diarrea persistente y/o crónica.
- Eritema perineal -lesión en la piel que rodea al ano-.
- Grasa en las heces.
- Manifestaciones asociadas con deficiencias de micronutrientes como vitaminas A, D, E, B12 , tiamina, nicotinamida, hierro.
- Desnutrición.
Además de los síntomas vinculados al sistema digestivo, también se pueden manifestar algunos fuera de este:
- Dermatológicas: dermatitis.
- Neurológicas: neuropatías periféricas -mal funcionamiento de los nervios que se encuentran fuera del cerebro y la médula espinal-.
- Osteomusculares: artralgias -dolor articular agudo o punzante-.
Los pasos del diagnóstico: sospecha clínica, patologías y prueba de aliento
En primer lugar, antes de poner en marcha ningún tipo de prueba, la sospecha clínica es esencial, es decir, la experiencia y los conocimientos de los médicos.
Sobre todo, estos deben considerar la posibilidad de que el origen de las molestias gastrointestinales sea SIBO, en los pacientes con trastornos de la motilidad, anomalías anatómicas del intestino delgado, cirugías, síndromes de malabsorción, síndromes de intestino irritable que lleven tiempo sin encontrar mejorías con ningún tratamiento e incluso empeoren sus síntomas, puntualizan desde SEMERGEN.
Tras estas valoraciones previas, hay dos tipos de pruebas para comprobar si se tiene o no SIBO:
- Cultivo de aspirado yeyunal, es decir, se analiza el líquido del intestino delgado mediante una endoscopia.
Sin embargo, SEMERGEN argumenta que esta técnica cada vez se utiliza menos al ser muy invasiva y al haber posibilidad de contaminación de la muestra. - Prueba de aliento de hidrógeno y/o metano espirado. Esta consiste en ingerir unos concentrados de glucosa y echar el aliento en un dispositivo que mide la cantidad de hidrógeno y metano.
"90 minutos más tarde se ve si la prueba da positivo o no", apunta Guadalupe. A lo que SEMERGEN añade que además de los resultados, se debe tener en cuenta la sintomatología del paciente tras la prueba.
La médico indica que el principal problema de esta prueba es que puede dar falsos negativos, pero también falsos positivos, ya que también puede saltar con la celiaquía, intolerancia a la lactosa...
En cuanto al tratamiento se basa principalmente en el uso de antibióticos por lo que el uso de probióticos para contrarrestar los efectos secundarios de los antibióticos también son esenciales, señala la miembro de SEMG.
¿Qué puede comer una persona con SIBO?
Junto con el antibiótico, SEMERGEN recomienda intentar seguir una dieta baja en FODMAP -Fermentable Oligosacáridos Disacáridos Monosacáridos y Polioles- para conseguir mejores resultados.
La experta en endocrinología y nutrición no recomienda seguir esta dieta a las personas que crean que tienen SIBO, influenciadas por las redes sociales, sino a las personas que realmente lo tengan diagnosticado o se lo haya aconsejado un médico.
"Al seguir esta dieta pueden dejar de ingerir una serie de nutrientes que en realidad su cuerpo necesita", explica.
¿Está el SIBO subdiagnosticado?
Es una cuestión polémica. Mientras que en las redes sociales parece que es un síndrome que ahora lo tiene todo el mundo, la doctora niega que en las consultas se traten muchos casos. "Se esta sobrevalorando esta cuestión, llamaría un poco a la calma antes de ir al médico".
Sin embargo, la Revista Médica Sinergia señala que "la prevalencia de SIBO en la población general aún es desconocida -debido a heterogeneidad en las poblaciones, la falta de consenso en el modo diagnóstico de SIBO y el subdiagnóstico por la existencia de pacientes asintomáticos o pacientes con síntomas atribuidos incorrectamente a enfermedades subyacentes-".
Este artículo añade que "las estimaciones oscilan entre el 0% y el 15,6% en individuos sanos, con una prevalencia que se incrementa con la edad y las comorbilidades médicas".