El psicólogo Javier Soriano recomienda a Vinicius "una mejor gestión emocional"
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Tras marcar el penalti mandó callar a la grada
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El club también se tiene que involucrar en la gestión emocional
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El Big Data pone nota a Vinicius: baja su rendimiento de cara a gol
Un día más, Vinicius Júnior vuelve a reaccionar a los pitidos y malos gestos de la grada, esta vez de la guipuzcoana. El gesto se produjo cuando este pidió el penalti provocado por la mano de Sergio Gómez y pese a que Remiro rozó el balón, finalmente acabó dentro de la red. Tras esto, Vinicius respondió al estadio de Anoeta llevándose el dedo a los labios y mandando callar a todos los allí presentes.
El jugador cada vez está normalizando más este tipo de reacciones, con todo lo que esto conlleva, y la grada lo sabe. El tema de los insultos, principalmente racistas, y de los pitidos afecta al jugador sino también al club blanco al completo, de hecho, Ancelotti es uno de los que justifican dichos gestos. ¿Qué sucede con Vinicius? ¿Por qué se ha vuelto habitual que se enfrente a las gradas? ¿Puede afectarle a su rendimiento deportivo?
Teniendo en cuenta que la situación de Vini se está enquistando, en el ElDesmarque de Cuatro hemos contado con la voz experta del psicólogo deportivo, Javier Soriano, el cual ha asegurado que ya no sólo reacciona a los insultos racistas, sino que salta a la primera de cambio, al mínimo pitido, provocando una desconcentración que le afecta a su rendimiento deportivo.
"Está en un punto con difícil salida"
El profesional asegura que la situación por la que atraviesa el madridista no es sencilla y señala que "está en un punto que tiene difícil salida". Aunque el psicólogo deportivo desconoce cuál su situación exactamente, visto desde fuera considera que Vinicius, pero también el propio equipo, deberían trabajar para que los abucheos no sean un motivo de distracción.
Aunque es triste decirlo, en el fútbol este tipo de situaciones están a la orden del día, y especialmente van dirigidas a los mejores de cada equipo, con el objetivo de distraerles e influirles en sus decisiones futbolísticas. Ante esta realidad, Javier Soriano considera que "no hay que echar la culpa a nadie" y "tendría que hacer una gestión emocional".
Es más fácil cambiar al jugador que a la grada
Teniendo en cuenta que cambiar el comportamiento de una grada entera es muy difícil, incluso inviable, la apuesta más eficaz es que Vinicius aprenda a aislarse y a que esos comentarios no le saquen de la concentración del partido y afecte al desarrollo de este.
De esta forma no sólo se tiene que volcar el futbolista, sino también el equipo entero. "Intentaría hacerle ver que en ese momento pierde el foco de concentración y sus decisiones son más erróneas. Seria muy positivo que buscase estrategias que le ayudasen a estar más centrado en el partido como refugiarse en su círculo más cercano y apoyarse en estrategias que le bajen las pulsaciones cuando el disparador salte".
A medida que el futbolista aprenda a gestionar sus emociones y a mantenerse concentrado en lo verdaderamente importante, es decir, el partido de fútbol en sí mismo, muchos de los aficionados dejarán de provocarle para llamar su atención y hacerle perder el foco del partido, concluye Javier Soriano.