Rotura del ligamento cruzado anterior, una lesión en deportistas que aumenta el riesgo de artrosis

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La lesión del ligamento cruzado anterior aumenta un 50% el riesgo de artrosis
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La reconstrucción del cruzado no te salva de desarrollar osteoartritis
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La inteligencia artificial acelera la recuperación de los deportistas
'Rotura de ligamento cruzado anterior', son las palabras que ningún deportista profesional quiere oír tras ser valorado por un médico, pues se trata de una lesión que los deja en enfermería una media de siete meses o más. El último deportista que ha recibido esta fatal noticia ha sido Kyrie Irving y en el fútbol, Enes Ünal, siendo su segunda rotura de cruzado.
Además de que la recaída se multiplica cuando el deportista vuelve a la competición demasiado pronto, el hecho de romperse el cruzado predispone a futbolistas, jugadores de baloncesto, tenistas... a desarrollar artrosis de rodilla "entre 5 y 15 años después de la lesión inicial en el 80% de los casos y especialmente si se acompaña de daño meniscal", sentencia el Dr. Miguel del Valle Soto, presidente de la Sociedad Española de Medicina del Deporte (SEMED).
"Estamos hablando de un periodo relativamente corto de tiempo", añade el fisioterapeuta Fernando Ramos, presidente de la Asociación Española de Fisioterapeutas (AEF) a ElDesmarque, sobre todo teniendo en cuenta que hay deportistas en lo que esta enfermedad les ha debutado a los 30 o 40 años porque se lesionaron con 20 años o menos, cuando entre la población general tiende a aparecer a partir de los 50.
¿Qué es la artrosis?
Antes de detallar la relación que existe entre la rotura del ligamento cruzado y la artrosis es necesario explicar en qué consiste la erróneamente llamada artrosis u osteoartritis, como se denomina en el resto del mundo.
Se trata de "una enfermedad crónica degenerativa que afecta a las articulaciones" y "se caracteriza por un deterioro del cartílago articular", siendo "una de las principales causas de discapacidad entre los adultos mayores", resume el experto en Medicina Deportiva.
Si bien puede afectar a cualquier articulación, tiende a hacerlo en "las que soportan mayor peso y desarrollan un mayor esfuerzo como caderas, rodillas, manos, articulaciones cervicales y lumbosacras"; mientras que en las "mujeres es más frecuente en las manos, en los hombres es en la columna vertebral".

La relación entre la lesión del cruzado y la artrosis
Además del envejecimiento que deshidrata y adelgaza el cartílago, toda aquella respuesta inflamatoria con edema articular o alteración de la biomecánica de una articulación degrada el cartílago y va comprometiendo sus propiedades mecánicas, y por consiguiente, la función del mismo; y en el caso de la rotura del ligamento cruzado anterior se producen ambas cosas.
Por un lado, al tratarse de una lesión traumática que afecta al cartílago articular de la rodilla aumenta un 50% las posibilidades de desarrollar osteoartritis, pero es que también se ha visto que las lesiones de cruzado que no han sido tratadas quirúrgicamente con una reconstrucción presentan una inestabilidad que altera la biomecánica normal de la rodilla y acaba deteriorándola, un factor que predispone a la degradación del cartílago, y por ende, a la artrosis.
La reconstrucción del cruzado no te salva de la artrosis
Tras esta explicación, se puede llegar a la conclusión de que la reconstrucción de dicho ligamento reduce notablemente la incidencia de artrosis, sin embargo, parece que esto no es así.
Algunos profesionales apuntan que "si te hacen una reconstrucción temprana del cruzado, no más tarde de cinco días tras la rotura, parece que existe una menor incidencia de artrosis en comparación a cuando no te hacen cirugía o te la hacen de forma tardía", explica el fisioterapeuta. Esto significa que los deportistas profesionales reducirían su riesgo de artrosis pues son intervenidos casi al momento del diagnóstico.
Sin embargo, existen evidencias científicas que afirman que la reconstrucción "no puede prevenir completamente la osteoartritis" y ambos profesionales consideran que la causa se encuentra en que "los mejores intentos de reconstrucción del LCA siguen sin lograr restaurar de manera óptima la cinemática normal de la articulación de la rodilla", explica el doctor, de forma que "hasta el 85% de las rodillas operadas siguen mostrando un desplazamiento tibia que contribuye al desgaste articular", concluye el fisioterapeuta.

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