Cómo prevenir los ahogamientos de los más pequeños en piscinas y playas este verano

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Los ahogamientos son la "segunda causa de fallecimiento accidental en menores de 14 años"
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Avisar a emergencias y tirar un objeto flotante, pero nunca lanzarse a socorrerlo
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¿Qué hay que hacer cuando un niño se atraganta?
Con la llegada del buen tiempo y de las altas temperaturas, muchas familias, sobre todo con hijos menores, ya comienzan a disfrutar de los pantanos, playas y piscinas durante los fines de semana. Un día de ocio y diversión que puede acabar en un susto o desenlace fatal si no se toman las medidas adecuadas, especialmente para evitar un ahogamiento.
Ante esta realidad, que el año pasado dejó 471 muertes, la Asociación Española de Pediatría (AEP) ha elaborado una guía detallando los mitos y verdades que rodean a estos accidentes, así como la forma de actuar en caso de presenciar uno.
Y es que, más allá de los ahogamientos mortales, se estima que por cada uno de estos "puede haber de uno a cuatro ahogamientos no mortales que requieren hospitalización y pueden dejar secuelas con distintos grados de daño neurológico".
La franja más peligrosa, entre las cuatro y las seis
En España, los ahogamientos son la "segunda causa de fallecimiento accidental en menores de 14 años", cuyos picos de incidencia se registran entre las 16:00 y las 18:00 horas de la tarde, principalmente en verano y durante los fines de semana.
Los ahogamientos de los menores de cuatro años "suelen producirse en agua dulce, especialmente en piscinas particulares", mientras que los de los adolescentes -sobre todo varones- se dan en el mar, canales, ríos y lagos, muchos de ellos como causas desencadenantes por el consumo de alcohol y drogas.

Cinco mitos sobre los ahogamientos
La bandera roja no es para todo el mundo
Independientemente de las habilidades que tenga una persona o de la actividad acuática que practique, la bandera roja aplica a todas las personas.
La persona que se ahoga pide auxilio
Cuando una persona se está ahogando no suele gritar, ni pedir ayuda, "sino que centra todos sus esfuerzos en intentar mantener la cabeza fuera del agua para poder respirar". Esto puede durar apenas unos segundos o hasta unos pocos minutos; y en hundirse y desaparecer "aproximadamente 90 segundos".
Si una persona está ahogándose, hay que lanzarse a salvarle
Al ver a una persona ahogándose, lo primero es avisar a los servicios de emergencia y lo segundo "lanzar o acercar un objeto flotante para que la víctima pueda sostenerse y mantenerse a flote hasta la llegada de ayuda especializada".
Entrar al agua para rescatar a una persona, "podría poner en peligro también su vida y generar una segunda emergencia", advierte la AEP.
Hay que ponerla boca abajo para sacar el agua de los pulmones
Esta maniobra de reanimación es ineficaz y conlleva una pérdida de tiempo que podría ser crucial para revertir la falta de oxígeno del perjudicado.
"En la actualidad, la recomendación es clara: si una persona rescatada del agua no respira, debe aplicarse de inmediato el protocolo de reanimación cardiopulmonar (RCP), combinando ventilaciones y compresiones torácicas", resumen los profesionales.
Evitar el baño después de comer
El famoso 'corte de digestión' al meterse en el agua tras comer, es un mito, sin embargo, sí que existe el síncope por hidrocución que se trata de "un choque térmico que afecta a la circulación sanguínea y puede producirse tanto dentro como fuera del agua" y para prevenirlo, lo ideal es meterse gradualmente al agua, estar hidratado, evitar las comidas copiosas y la exposición al sol continuada.

Verdades sobre los ahogamientos de los menores
Los brazos es lo único que previene el ahogamiento infantil
Aunque lleven sistemas de flotación, "el adulto no debería alejarse del niño más allá de lo que le alcancen los brazos, incluso aunque haya socorrista".
No hay agua segura
No existe cantidad de agua segura, pues un lactante puede ahogarse en una pequeña profundidad de 2 cm de agua, es decir, en cualquier lugar donde se acumule agua.
Cuidado con los cercados incompletos y las lanas flojas
Los cercados de las piscinas deben ser completos y "lo suficientemente altos como para que un niño no la pueda escalar", así como tampoco deberían quedar huecos de más de 10 centímetros. "Debe prestarse atención también al cierre de la puerta, que no tiene que estar accesible para el menor", las lonas deben ser firmes, aguantar 100 kilos y sin espacios en los bordes, añade la guía de la AEP.
Tirarse de pie es lo más seguro
Para evitar golpes en la columna vertebral o en la médula espinal, lo mejor es que los niños eviten tirarse de cabeza en cualquier superficie acuática y se tiren de pie.
Tapar los desagües
"Los desagües de las piscinas deben contar con rejillas u otro mecanismo que evite el atrapamiento por succión", concluye la asociación.