Esta es la explicación psicológica por la que no eres capaz de acabarte el café
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No es una manía, sino que tiene base científica
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El asco se produce por una activación cerebral para evitar enfermedades
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El mito del café, desmentido: tomar más de uno al día no compromete tu salud
¿Eres de los que siempre te dejas un poco de café en la taza, pero no sabes por qué? Este es tu artículo. Y no, no se trata de una manía, sino que tiene una explicación psicológica y la farmacéutica Elena Monje, @infarmarte, la detalla en sus redes.
"Siempre dejo un pequeño rastro en la taza, y no es que no tenga más sed o no me guste la bebida sino que no puedo tragarme lo último. Al principio pensé que se trataba de una manía mía, pero después de buscar mucha información descubrí que esto tiene base psicológica", comienza diciendo la profesional.
Una activación cerebral para evitar enfermedades
El cambio de textura, la temperatura, el color o los sedimentos son algunos de los factores que pueden provocar incomodidad a la hora de intentar bebernos el último trago del café o de cualquier otra bebida.
"Estos residuos activan circuitos cerebrales que están relacionados con la aversión al asco, que es una emoción fundamental en la evolución humana para evitar enfermedades", argumenta Elena Monje.
A pesar de no haber una amenaza real, "la aversión al asco está muy relacionada con el instinto de evitar contaminación, así que mi cerebro relaciona ese último sorbo con algo indeseable o contaminado", concluye la farmacéutica.
Cuando el asco se convierte en un problema
Si bien el asco es un comportamiento que nos mantiene a salvo, y en el caso de las bebidas no comporta mayor preocupación, en ocasiones se puede volver en nuestra contra, hasta el punto de que necesitemos ayuda psicológica para solventarlo.
Para ello, es importante evaluar si la emoción nos afecta hasta el punto en el que no podamos tener una vida activa ya se que ven afectadas nuestras habilidades, competencias y actitudes diarias e instrumentales, especifica un artículo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Siguiendo esta línea, "se ha visto cómo la emoción exagerada de asco puede llevar a ciertas personas a padecer fobias específicas, sobre todo con animales considerados como repugnantes, que asociamos con la suciedad (gusanos, cucarachas, arañas…)", así como un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), pues estos pacientes "experimentan una sensación sumamente desagradable cuando piensan en tocar determinados objetos o hallarse en ciertas situaciones en que creen que se van a contaminar".
Junto con estas afecciones psicológicas, el asco también tiene cierta relación con los síntomas de los trastornos alimenticios, según analizó un estudio publicado en 'Cuadernos de medicina psicosomática y psiquiatría de enlace'. Y es que, estos observaron que "ciertas dimensiones del asco predecían los síntomas de los trastornos alimentarios, en un periodo de 10 meses".