Un entrenador personal, sobre hacer ejercicio físico cuando tienes cáncer: "Ayuda al tratamiento, incluso es parte de él"
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Cuando el ejercicio físico en personas con cáncer se enfoca de manera correcta, ayuda a mejorar su calidad de vida
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Todos conocemos a más de una persona que tiene o ha tenido cáncer o incluso puede que seas tú esa persona. En 2025 se van a diagnosticar un total de 296.103 nuevos casos, según las estimaciones de la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN). Una enfermedad, cuyos casos aumentan año tras año, y que cada vez afecta a población más joven.
Hablar de hacer deporte durante un proceso oncológico puede parecer una locura a muchas personas, pero "cada vez hay más estudios que respaldan el ejercicio físico como un elemento que puede ayudar al tratamiento o incluso, ser parte del tratamiento", asegura Víctor Fernández, entrenador personal especializado en entrenamiento oncológico.
"Poco a poco se está implementado como un tratamiento más, no solo quimioterapia, radioterapia y operaciones, sino también entrenamiento y nutrición", añade el mismo. No obstante, "hay que ser claros, el ejercicio no salva, pero si que te va a alargar un poco la esperanza de vida y la calidad de vida te la va mejorar".
¿De qué tipo de ejercicio físico estamos hablando?
"Nos centramos en pacientes oncológicos básicamente porque nadie lo hace", cuenta el profesional a ElDesmarque Stream. El matiz de todo esto, es que "un paciente oncológico no puede ir a un gimnasio como iríamos tú yo, sino que necesita que el entrenamiento no le fatigue ni le estrese más de lo que ya está" y para eso necesita que el entrenamiento esté guiado por un profesional y orientado de una manera correcta.
Las personas con las que Víctor y su equipo trabajan suelen ser mayores y que no han hecho ejercicio nunca, por lo que correr o simplemente andar rápido "es prácticamente inviable" porque su cuerpo no se lo permite.
Teniendo en cuenta que cuando se está recibiendo tratamiento oncológico el corazón va distinto, el entrenamiento de fuerza, una o dos veces por semana, es la mejor opción porque "permite dosificar muy bien lo que tiene que hacer, para que el nivel de estrés no supere el que ya tiene".
Fuera de este tipo de entrenamiento, también pueden caminar a una intensidad que les permita mantener una conversación fluida sin fatigarse, es decir, "que puedas cantar y no hablar, y sino te estás pasando".
Reduce los efectos secundarios del tratamiento
Una persona con cáncer "no se va a poner fuerte, de hecho, todo lo contrario. Simplemente va a poder levantarse mejor de la silla, llegar a la parada del autobús sin fatigarse o poder ir a recoger a sus hijos al colegio", deja claro el entrenador personal.
Y es que, "está demostrado que el ejercicio físico puede reducir un 50-60% los efectos secundarios de la quimio o la radio". Esto significa que además de mejorar la calidad de vida de estas personas en general, hacer ejercicio reduce la sensación constante de cansancio y de náuseas y mejora la aptitud cardiorrespiratoria y la fuerza muscular.
Desde el punto de vista emocional, el hecho de que una persona sea "capaz de levantar 20-30 kilos en peso muerto, hacer una flexión o tirar una pelota fuerte, les da una confianza y una seguridad en sí mismos que a nivel anímico van chutados al tratamiento. Y se ha demostrado que el estado anímico con el que afrontas el tratamiento ayuda atener un mejor pronóstico", concluye Víctor Fernández.