Sevilla empieza vacaciones con incógnita de Emery y polémica por cierre grada
La plantilla del Sevilla empezó este lunes las vacaciones, tras proclamarse la semana pasada tetracampeona de la Liga Europa en Varsovia y jugar un amistoso el domingo en Marruecos, con la incógnita de saber si Unai Emery seguirá como entrenador y la indignación por el cierre parcial de una grada del Sánchez Pizjuan.Curri Carrillo
Tras una temporada histórica, con el segundo título seguido de la Liga Europa y, por ende, el pase a la fase de grupos de la Liga de Campeones, además de batir récords de triunfos (39 en 60 partidos) y de puntos en la Liga (76) pese a acabar quinto, el Sevilla desconoce aún si el preparador guipuzcoano continuará al frente del proyecto.
Emery, entrenador de moda en Europa por sus éxitos, vio renovado su contrato con la clasificación para una competición continental, por un año y con las mismas condiciones que tenía, pero acordó con el Sevilla negociar su mejora y ampliación fijando otras condiciones y una vez que conozca al detalle la idea del club con respecto a la plantilla para afrontar la próxima campaña en la 'Champions'.
De estos factores, entre otros, dependerá o no su continuidad, para lo cual el presidente, José Castro, y el técnico vasco quedaron en hablarlo después de los festejos por la cuarta Liga Europa -antes Copa de la UEFA- y este fin de semana han tenido ya conversaciones durante el viaje del equipo para un amistoso en Agadir (Marruecos).
En caso de que no alcancen un acuerdo, Emery podría dejar la nave sevillista ante el interés de clubes importantes de Europa que están tanteando la posibilidad de hacerse con sus servicios, como el Milan y el Nápoles, en Italia, e incluso el Manchester City inglés.
Otros frentes abiertos en la entidad blanquirroja es la sanción impuesta por el Comité de Competición de la RFEF de cierre parcial por cuatro partidos de la zona central de Banco de Pista del Gol Norte del Ramón Sánchez Pizjuán, que ha causado estupor y la máxima indignación en el club y en su afición, al considerarlo un agravio.
Esta sanción, que el Sevilla ha anunciado que recurrirá ante el Comité de Apelación, se deriva de la denuncia que formuló en abril la Liga de Fútbol Profesional (LFP) por los cánticos ofensivos proferidos desde esa zona del estadio en el Sevilla-Athletic.
El club ha criticado duramente una medida que considera agraviante y desproporcionada, con la que "la Federación Española de Fútbol se ensaña con el Sevilla Fútbol Club" y que Competición ha adoptado a pesar de que "la instructora del expediente" abierto por dicho órgano "propuso una multa de 6.001 euros por los citados cánticos".
La entidad hispalense la ha calificado como una "resolución de inusitada dureza", "sin precedentes o, más bien, con el único precedente de otras sanciones anteriores" al Sevilla, "objetivo predilecto cuando se trata de imponer sanciones ejemplarizantes, que, por cierto, solo se aplican al club sevillista".
El Sevilla ha asegurado que viene "cumpliendo escrupulosamente el protocolo establecido" por la LFP en esta materia "y ha manifestado reiteradamente, y seguirá haciéndolo, su inequívoca repulsa a las conductas violentas en el fútbol, pero no admite que se ceben con él y con sus aficionados".
En ese partido, según la LFP, "en el minuto 51 y, exclusivamente, por parte de un grupo de aproximadamente 250 espectadores afines al club local, ataviados con diferentes símbolos identificativos de éste" y situados en la zona ahora clausurada, "donde se ubica el grupo conocido como 'BIRIS NORTE' (...), se cantó, en referencia al Real Betis, la expresión 'Verdiblancos hijos de puta'".
Mientras, la plantilla sevillista ha empezado sus vacaciones tras una temporada plagada de éxitos y también de mucho trabajo, aunque sus internacionales ya se marcharon el sábado con sus selecciones.
Así, no viajaron al amistoso en Marruecos el meta luso Beto, los galos Tremoulinas y Kevin Gameiro, el camerunés Mbia, el argentino Banega, el polaco Krychowiak, el colombiano Bacca y los españoles Sergio Rico, Aleix Vidal y Vitolo. Sí lo hicieron los portugueses Diogo Figueiras y Carriço, también preconvocados por su país.